Cuando el país va recobrando lentamente la normalidad con el regreso a la actividad laboral, aún hay sectores especialmente afectados por la crisis, particularmente la hostelería al ‘vivir’ de un público cuya aglomeración es por ahora un recuerdo reciente pero que se antoja lejano en el tiempo. Sí, porque los bares y restaurantes serán los últimos, o casi los últimos, en recuperar esa normalidad, esa estabilidad que necesitan para proyectar su futuro. Lamentablemente, el sector dice a modo de epitafio que “el año turístico se ha perdido”.
Así lo expresa desde la Asociación de Turismo y Hostelería de Arcos (Aethar) su presidenta, Rosi León, que a diario habla con compañeros del gremio, restauradores y hoteleros -actualmente codirige el único hotel que queda en la calle Corredera-, con los que telemáticamente no ha perdido el contacto en estos días de confinamiento. Como anécdota, Rosi cuenta que sus compañeros están literalmente “aburridos” con la pérdida total de negocio, sobre todo porque la dichosa crisis ha llegado en la mejor época turística en la zona: la Semana Santa, amén de haber suspendido otros acontecimientos claves para el sector como la Ruta de Vinos y Tapas, fiestas de primavera, el campeonato de motos, ferias, comuniones y otros eventos sociales que suelen dejar importantes beneficios en las empresas hosteleras. Es por el cese de la actividad por lo que estos empresarios han aprovechado estas semanas para hacer limpieza general de sus establecimientos, trabajos de pintura, reparaciones y labores de puesta al día, esperando que un día, lo antes mejor, puedan reabrir sus puertas para recibir a la clientela. Además, invierten su tiempo en revisar decretos y órdenes que a diario ven la luz y que suelen cambiar de un momento para otro ocasionando gran desasosiego a estos profesionales que viven directamente del público.
Rosi León explica castiza y claramente que “el sector es el más castigado”, no sólo por la pérdida del negocio, sino por la incertidumbre ante las posibles ayudas que habilite el Gobierno, pero, con mayor resignación, señala que “hemos perdido el año turístico”, un hecho terrible teniendo en cuenta que el turismo supone un pilar de la economía de Arcos de la Frontera. No obstante, hay un precedente, la crisis de 2008, pero entonces fue la hostelería la que tiró del carro, como se suele decir, para ayudar al levantamiento económico del país ante la caída de la construcción y otros sectores. Ahora, en 2020, la hostelería no podrá jugar ese papel a corto plazo. En Aethar lo saben, como también, a modo de contrapunto, que de esta saldremos.
