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Etiquetado de alimentos: cuál es la mejor alternativa

La cuarentena obligatoria por el coronavirus ha causado importantes cambios en los hábitos de los españoles, entre ellos, el de la alimentación

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La cuarentena obligatoria por el coronavirus ha causado importantes cambios en los hábitos de los españoles, entre ellos, el de la alimentación. Una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) demuestra por ejemplo, que un 37% de los hogares consume más comida. Y si bien el 20% de los consumidores reconoce comer de manera más saludable que antes del comienzo de la pandemia, la encuesta revela que es aún más alto el porcentaje de hogares que ha incrementado el consumo de productos enlatados. En medio de esta crisis excepcional y con los cambios en los hábitos alimentarios a  la orden del día, vuelve a tomar fuerza el debate con respecto al sistema de etiquetado de alimentos. Un asunto que tiene en vilo a la Unión Europea, ya que los países miembros aún no han alcanzado un acuerdo sobre cuál es la mejor opción: si el Nutri-Score, propuesto por Francia, o el Nutrinform Battery de Italia. Mientras tanto, en España, algunos sectores exigen que se acelere el ritmo para la adopción de uno de los sistemas. 

"En medio de la crisis de Covid-19, la salud de los ciudadanos de la UE es más importante que nunca. Si bien es imprescindible combatir las amenazas inmediatas que plantea el virus, los responsables políticos de la UE también deben abordar los riesgos para la salud a largo plazo relacionados con las dietas desequilibradas y la desnutrición", exige OCU en un comunicado publicado días atrás. De esta manera, la organización se suma al pedido reciente por parte de una coalición de consumidores y empresas del sector alimentario como McCain Foods, Nestlé, Danone, entre otras, que le exigen a la Comisión Europea la implantación del sistema Nutri-Score en toda la Unión Europea. Cabe recordar que hasta ahora, su aplicación en España es voluntaria. Y son muchos los que dudan de que este sea efectivamente, el sistema más adecuado para implantar en el país. Incluso quienes defienden el sistema, encuentran en él ciertas limitaciones. Así lo han afirmado desde Danone, empresa que promueve la implementación del Nutri-Score, pero que reconoce que ningún sistema es perfecto. 

El debate con respecto al sistema de etiquetado de alimentos lleva ya algunos años en agenda en España. Basta solo recordar el revuelo que generó el anuncio de la entonces ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luis Carcedo, cuando a fines de 2018 comunicó públicamente la futura implantación del Etiquetado Nutricional Frontal. En ese entonces, Carcedo anunció que el Ministerio aplicaría el modelo Nutri-Score, también conocido como logotipo cinco colores. Este etiquetado consiste en un gráfico de colores graduales del verde al rojo, en cinco niveles, del más al menos saludable. 

El anuncio de Carcedo generó una gran incertidumbre entre consumidores y fabricantes, especialmente luego de que la ONG Open Food Facts publicara la clasificación de productos alimentarios de acuerdo al Nutri-Score. Luego, la plataforma SinAzúcar.org, reveló que ciertos productos, como el aceite de oliva, acabarían recibiendo una valoración más baja que la que obtendrían algunas bebidas como la Coca-Cola Zero. Lo que desató todo tipo de críticas, sobre todo por parte de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) que obligaron a Sanidad a pensar en una alternativa. En ese entonces, el director de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, se mostró en contra de la aplicación y calificó al semáforo nutricional como “un modelo simplista que demoniza determinados productos y puede llegar a confundir a los consumidores”. 

Las críticas no tardaron en causar efecto y poco después del anuncio, Sanidad se vio obligada a acordar una excepción. De esta manera, se decidió que el aceite de oliva sería eximido de la exigencia del etiquetado. También explicaron que el Nutri-Score no sería implantado en determinados productos. Aunque, este trato a favor del aceite de oliva, aún no ha sido formalmente aceptado por la Comisión Europea que anteriormente ha explicado que “las empresas que se sumen a Nutri-Score deben comprometerse a cubrir todas las categorías de alimentos”. Hasta ahora, España no ha enviado una petición formal a Bruselas, como sí lo ha hecho Italia. 

A principio de año, Italia presentó ante la Comisión Europea su propia propuesta basada en el desarrollo de un sistema de etiquetado frontal de alimentos alternativo. Se trata del Nutriform Battery, un modelo que según sus defensores, sería más claro y transparente que el Nutri-Score. La idea detrás de su adopción es la defensa de los productos Made in Italy, que al igual que el caso del aceite de oliva en España, salen perjudicados en el Nutri-Score. 

Como su nombre lo indica, el Nutrinform Battery se basa en un símbolo de batería, que indica al consumidor la contribución nutricional de los alimentos en relación con su requerimiento diario. Este etiquetado destaca el porcentaje de calorías, grasas, azúcares y sal por porción individual en comparación con la cantidad recomendada por la Unión Europea. Para las organizaciones italianas como la principal asociación agrícola italiana, Coldiretti, la Unión Europea no debe dejarse presionar por las multinacionales y debe proteger los productos saludables “de sistemas engañosos, discriminatorios e incompletos que terminan paradójicamente excluyendo de la dieta los alimentos saludables y naturales que han estado presentes en las mesas durante siglos para favorecer productos artificiales cuya receta no se conoce en algunos casos". No hay que olvidar que, después de todo, los productos claves de la dieta italiana, son también aquellos productos esenciales de la dieta mediterránea tan popular en España.

No caben dudas de que en estos momentos, resulta fundamental contar con un sistema de etiquetado nutricional claro y sencillo. Principalmente, para evitar que los consumidores pierdan tiempo en los negocios revisando la letra chica del etiquetado. Sobre todo, en un momento en el que la mayoría evita pasar un largo rato en el supermercado ante el temor al contagio del virus. Pero, además, porque es indispensable que los consumidores puedan tomar decisiones basadas en el conocimiento y así desalentar el consumo de productos poco saludables y ultraprocesados, especialmente en el contexto actual en el que la salud resulta la prioridad. Para ello, se deben revisar las distintas alternativas. La implementación del etiquetado de alimentos es fundamental, pero no hay que apresurarse. Ante todo, las autoridades sanitarias deben asegurarse que el sistema elegido, esté adaptado a España y a sus costumbres y productos. 

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