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Sevilla

Contramano: Felipe VI, en el reino de la pobreza

Critican al Rey por “hacerse la foto” en el Polígono Sur pero otros dignatarios ni siquiera pueden mostrar una suya allí

Publicado: 05/07/2020 ·
22:55
· Actualizado: 05/07/2020 · 22:55
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  • La visita al Polígono Sur. -
  • El alcalde sigue empecinado en deslegitimar al INE por no medir la “economía informal” del barrio

Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, visitaron el pasado 29 de junio el Polígono Sur, oficialmente calificado como el barrio más pobre del país. La visita provocó, por decirlo en el argot taurino, división de opiniones. Unos agradecieron que el Rey hubiera elegido expresamente para su gira nacional tras el levantamiento del estado de alarma por el coronavirus el considerado como “gueto” y “cuarto trastero” de Sevilla; otros criticaron lo que a su juicio no era más que una operación para salvar la imagen de la Monarquía, más controvertida que nunca pero no precisamente por la impecable actuación del monarca actual, con lo que se dice “hacerse una foto”.


La visita regia es equiparable a una trampa saducea. Si el Rey hubiera venido a Sevilla, como ha venido, justo poco tiempo después de conocerse el trabajo del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ratificaba el liderazgo en pobreza del Polígono Sur y no hubiera aparecido por allí, sus críticos le hubieran reprochado que hubiera ignorado la barriada y se hubiera paseado por la Sevilla eterna de siempre.


Y como ha dado muestras de sensibilidad social acudiendo a conocer en persona la situación de estas particulares Hurdes en su reinado (sea siquiera por recordar aquel otro viaje de Alfonso XIII a la comarca extremeña, considerada en su época la más dejada de la mano de Dios y de los poderes públicos), sus críticos, que no habrían dejado de criticarle hubiese hecho lo que hubiese hecho o aunque no hubiera hecho nada, le han descalificado de la misma forma al achacarle una visita oportunista y de pura cosmética.

ZAFARRANCHO DE LIMPIEZA

Para ayudar a esa percepción de que se trataba de un lavado de cara institucional también se ha esgrimido el hecho de que el Ayuntamiento ordenó previamente a Lipasam la realización de un zafarrancho de limpieza que dejó las calles en estado de revista, cuando habitualmente están llenas de suciedad. Para los críticos de la visita, de esta manera se maquillaba de nuevo la realidad al presentar una estampa adulterada del Polígono Sur en vez de su situación habitual de degradación y abandono.


He vivido bastantes años junto a ese barrio y he podido ver operaciones excepcionales de limpieza como la efectuada con  motivo de la visita de los Reyes para que luego, al cabo de pocos días, las calles mostraran el mismo aspecto que antes, con residuos esparcidos por doquier. ¿Y quiénes eran y siguen siendo los responsables de tal situación? ¿El Ayuntamiento o los vecinos, que son los que viven allí a diario y dejan la basura fuera de los contenedores o en cualquier sitio?


Es falso que el Consistorio sólo haya limpiado el Polígono Sur con motivo de la estancia de los Reyes y ya es hora de dejar de culpar de la situación del barrio única y exclusivamente a las Administraciones Públicas y de exonerar por sistema, como si vivieran en una perpetua minoría de edad, a sus habitantes.


AL MENOS FUERON


Felipe VI y Letizia acudieron al Polígono Sur y eso es una realidad innegable. Estuvieron un par de horas conociendo su situación de boca de los representantes de las entidades que más labor social allí desarrollan, como la Fundación Don Bosco, Alalá, Entre Amigos, Atenea, Cáritas y la Cruz Roja. ¿Cuántas veces han estado allí y mantenido reuniones similares presidentes de la Junta de Andalucía o alcaldes de Sevilla, sin ir más lejos? Esos ausentes ni siquiera pueden mostrar esa foto en el barrio más pobre de España que ahora ciertos puristas le reprochan a Felipe VI, cuyo rol es meramente representativo e institucional y no ejecutivo, aunque a buen seguro habrá tomado buena nota de lo visto y oído allí para seguir manteniendo en el futuro contacto con las instancias oportunas y estar al corriente de la evolución del Polígono Sur.


Por tanto, cuando se gritó el lema “menos fotos y más soluciones” no se tuvo en cuenta que los responsables de las soluciones ni siquiera aparecen en las fotografías porque, al contrario que los Reyes, ni siquiera acuden por allí. Y cabe preguntarse: ¿qué es mejor, que hayan ido los Reyes o que no hubieran ido?


CONTRA EL INE


El alcalde formó parte de la comitiva de autoridades (presidente de la Junta de Andalucía, ministra de Hacienda, presidenta del Parlamento de Andalucía, delegada del Gobierno en la comunidad autónoma, consejera de Igualdad…) que acompañaron a Felipe VI durante una visita que sirvió para ratificar ante toda España a través de los medios de comunicación nacionales (esta vez no estaban sólo los locales) que el Polígono es el barrio más pobre del país, por más que Espadas se niegue a aceptar esta evidencia algo más que estadística, en línea con lo que ya comentamos en un artículo anterior.


Tan sólo dos semanas antes de la llegada de los Reyes, y probablemente sin saber entonces que se produciría la visita regia a Sevilla y al Polígono Sur, Espadas concedió una entrevista a ABC. Le preguntaron por el impacto que iba a tener la pandemia del coronavirus en nuestra ciudad teniendo en cuenta que tiene tres de los cuatro barrios con menos ingresos de España.


En su respuesta, el alcalde volvió a la carga en su intento de deslegitimar de alguna manera el informe del Instituto Nacional de Estadística: “Se mide la renta declarada, vale, pero también está ahí y no se dice, por ejemplo, la comparativa de los cinco últimos años en crecimiento de renta por barrios, que señala que los siete que más han crecido en renta de todo el país están en Sevilla. Entre otros -continuó-, los que aparecen como los más pobres, por cierto. U otro concepto básico, que es el análisis con una perspectiva metropolitana, de área, no ya de ciudad en sí. No es justificación, pero hay que analizar la situación de la ciudad de la forma más objetiva posible. Hay más de cien barrios y se habla de tres barrios concretos donde el baremo no puede ser la renta declarada, porque no hay un volumen importante de renta declarada allí, sino la que verdaderamente aflora, la economía informal. No podemos analizar año tras año el mismo dato, la renta oficial, sin analizar más cosas complementarias”.


EL FINAL ES EL MISMO


En primer lugar, el estudio del INE es, por decirlo con palabras del alcalde, la “renta oficial”, como es lógico. ¿De qué sirve a Espadas insistir una y otra vez en que esos barrios y otros de la ciudad están entre aquellos cuya renta más ha crecido cuando el resultado de ese crecimiento económico no ha servido para sacar al Polígono Sur del farolillo rojo de la clasificación nacional? Su renta crecerá, conforme a lo que destaca el alcalde, pero como la de los demás del país también crece y parten de una posición mucho más ventajosa el resultado sigue siendo que los barrios sevillanos siguen hundidos en el pozo y sin asomar al brocal. Por tanto cabe inferir que el ritmo de crecimiento es insuficiente y hay que acelerarlo.


La segunda coartada de Espadas conduce al mismo punto que la anterior: se mire como se mire, con perspectiva metropolitana, local, regional, nacional o europea, el resultado de la investigación del INE no cambia y los barrios más pobres siguen estando en Sevilla, empezando por el Polígono Sur.


Y la tercera tesis de Espadas supone nada más y nada menos que un intento de reconocimiento oficial de que el Polígono Sur vive de la economía sumergida, en “B” o informal, como de forma eufemística la califica el alcalde para rebajar el auténtico significado de la expresión. Apelando a esa economía “invisible” queda desautorizado el informe del INE por medir únicamente la economía reglada, la oficial, no la que prospera en las catacumbas, como la del Polígono Sur.


Dar carta de naturaleza a esa economía sumergida, como hace Espadas una y otra vez en sus declaraciones, es darle alas a los que han convertido el Polígono Sur en un barrio al margen de la ley.

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