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Barbate

Cerrado un local en Los Caños por no cumplir las medidas higiénico-sanitarias

El Grupo de Acción Preventiva (GAP) de la Policía Local de Barbate realizó varias intervenciones en las que tuvieron que desalojar el establecimiento

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  • Local cerrado en la pedanía barbateña -

La Policía Local de Barbate, a través del Grupo de Acción Preventiva (GAP), ha procedido al cierre de un establecimiento hostelero en Caños de Meca, por incumplimiento de las medidas decretas por la Junta de Andalucía en materia sanitaria, para paliar los efectos de la COVID19. En plena madrugada, y durante dos días consecutivos, la policía tuvo que desalojar a más de 300 personas que se hallaban en el local, tanto dentro, como fuera en la terraza, según el informe policial.

Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana, tras una inspección del GAP, donde se percataron que el establecimiento denominado Ohana, en la carretera del Faro de Trafalgar no cumplía con las medidas obligatorias. Según el informe policial, no tenía expuesto al público el aforo máximo, no disponía de procedimientos de recuento y control de aforo y se permitía el consumo de bebidas adquiridas en el local fuera de las zonas permitidas.

Tras ser identificado el propietario, mostró, según la versión policial, una actitud desconsiderada, lanzando expresiones como “aquí nadie tiene cojones de cerrar el local” o “la policía no quiere que estéis de vacaciones”. Al instante, una segunda persona, que se identificó como copropietaria del local, también mostró la misma actitud, manifestando en tono de voz elevado: “de aquí no se va nadie, no tenéis ni idea de legislación”.


Al siguiente día, el GAP volvió a personarse en el lugar, comprobando que varios trabajadores no utilizaban mascarillas, que existía, según informe, una concentración de personas en la zona de barra sin respetar la distancia de seguridad interpersonal y que se permitía el consumo de bebidas adquiridas en el local fuera de las zonas autorizadas. En este último incumplimiento, destacar la concentración de numerosas personas consumiendo bebidas en las zonas situadas entre las mesas y agrupaciones de éstas, así como en las zonas destinadas al desplazamiento de personas para entrar y salir tanto de la terraza como de la zona interna del establecimiento.

Nuevamente se requirió la presencia de los propietarios, a los que se les informó del incumplimiento reiterado de las medidas preventivas de salud pública establecidas, por ello se procedía a iniciar, amén de las correspondientes denuncias, el cese inmediato de la actividad y su consecuente clausura del local.

Lejos de tomar una actitud conciliadora, según los agentes, ambos propietarios comenzaron a lanzar improperios y referirse a la clientes con gritos como “de aquí no se va nadie”, al tiempo que intentaba expulsar al cuerpo de policía del mismo. Cuando los agentes se dispusieron a entrar en el interior del local, ambos se situaron en la puerta de acceso a la zona interior, tratando de cerrar una puerta de madera, consiguiendo los agentes impedirlo y acceder.

Finalmente, los agentes del GAP tardaron una hora y media en proceder al desalojo completo del establecimiento con más de 300 personas. Durante todo ese tiempo, los propietarios siguieron en su actitud, llegando en varias ocasiones a empujar a los agentes, interponiéndose entre estos y los clientes que aún quedaban en el local, gritando en todo momento que no se marcharan.

Alentados por los gritos de los dueños, unos veinticinco clientes una vez habían sido desalojados vuelven a entrar en el local, sentándose en cuatro mesas del interior y negándose a levantarse, por lo que son advertidos de las consecuencias legales de la negativa a desalojar el local ante los agentes de la autoridad. Tras la información de los agentes, proceden a salir del local.

Una vez desalojado el exterior, se puede comprobar como la barra sigue abierta y se estaban sirviendo copas a algunos de los trabajadores del mismo. Se comunica que se debe dejar de servir copas ya que el negocio estaba clausurado cautelarmente, a lo que se vuelve a negar el propietario, llegando a agarrarse a la persiana que cierra la barra manifestando: “esto no se cierra porque no me da la gana a mí”.

Una vez desalojado el local y la barra cerrada, se procede a la detención del propietario por los presuntos delitos de Atentado y Desobediencia Grave y de la propietaria por los presuntos delitos de Atentado, Desobediencia Grave y Amenazas a Agente de la Autoridad. Fueron trasladados a dependencias de Policía Local para la práctica de las primeras diligencias.

El Ayuntamiento de Barbate lamenta estos hechos acaecidos, al tiempo que quiere recordar a la ciudadanía en general la necesidad de cumplir con las medidas de higiene y sanitarias, para evitar una nueva expansión de la pandemia.

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