El Campo de Gibraltar clama por aplicar la "ingeniería diplomática" necesaria para hallar una fórmula para que la Verja de Gibraltar, que diariamente cruzan unos 15.000 trabajadores y 200 camiones, no se convierta dentro de una semana, si no se alcanza un acuerdo ante el Brexit, en una frontera exterior de la UE
El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, Juan Lozano, recuerda a EFE que todos han mostrado la voluntad de que se mantenga la fluidez en esa Verja "como hasta ahora" y siguen negociando para alcanzar una fórmula.
Ayer mismo la ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Arancha González Laya, afirmó que España busca un acuerdo con el Reino Unido para evitar que Gibraltar sea considerada una "frontera exterior" de la Unión Europea (UE) ante el Brexit, lo que conllevaría un control fronterizo de pasaportes.
"Cabe todavía la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo", aseguró, al tiempo que subrayaba que "ese es el deseo de España, esa es la filosofía de España, que está tratando de llegar a un arreglo", añadió la ministra.
Hace unos días el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, aseguró a la SER que "estamos a unas frases, a unas pequeñas frases de un acuerdo histórico".
Su propuesta es que Gibraltar pase a formar parte de Schengen, un espacio que permitiría la libre circulación de personas por la Verja y al que ya pertenecen otros territorios no miembros de la UE.
Picardo mencionó que en Financial Times la ministra española de Asuntos Exteriores aceptó el pasado mes de febrero que esa "sería una buena solución", según dijo en esa entrevista.
"En el Campo de Gibraltar y en Gibraltar lo que queremos es que en esa verja haya fluidez, se llame Schengen o se llame como se llame", explica Juan Lozano, que cree que si existe voluntad, como parece que hay, sólo hace falta "ingeniería diplomática".
Lozano pediría a Reino Unido que "no tensione tanto" en las negociaciones para alcanzar un acuerdo antes del 1 de enero. "Está jugando a tensionar la cuerda más de lo normal. Me preocupa que se rompa la acuerda porque es perjudicial para todos".
María del Mar Sánchez Ríos, vicepresidenta del grupo transfronterizo, que reúne a empresarios, sindicatos y representantes sociales de Gibraltar y el Campo de Gibraltar, asegura que en la zona están "expectantes" y confiando en que surta efecto "la voluntad política" que hay de llegar a un acuerdo para dar "permeabilidad" a este paso fronterizo: "es lo que permite la riqueza de ambas zonas. Técnicamente se que las negociaciones son difíciles", subraya.
Espera que en estas negociaciones no interfieran "ramalazos de la historia que nos han llevado siempre a la trifulca y que hoy en día no tienen ninguna validez. El mundo ha cambiado no podemos vivir siempre en el pasado".
Explica que la fórmula Schengen "facilitaría mucho la entrada y salida de turistas y vecinos", porque los trabajadores transfronterizos tendrían el problema solucionado con un registro creado para que a partir del 1 de enero puedan pasar como siempre el paso.
Respecto a las mercancía, explica, Gibraltar nunca ha pertenecido a unión aduanera y "nunca ha habido problema".
El cambio supondría que las mercancías que llegan a la colonia desde Reino Unido tendrían a partir del 1 de enero que pasar por el Puestos de Inspección Fronteriza de Algeciras, cuando ahora entran directamente.
El alcalde de La Línea de La Concepción, Juan Franco, cree que se está "muy próximo" alcanzar un acuerdo que minimice el impacto del Brexit en esta Verja que separa a dos poblaciones que, además de relaciones laborales y económicas fundamentales, está muy unida por lazos familiares y sociales.
"La interdependencia es muy fuerte, hay relaciones de todo tipo", subraya Lozano.
Tras cuatro años de incertidumbre desde que en 2016 Reino Unido decidiera abandonar la UE, en un referéndum en el que 96 %- de los gibraltareños votaron a favor de permanecer, y a una semana de la última fecha prevista de momento para que se concrete si la salida será con o sin acuerdo, la incertidumbre continúa en la zona.
El Campo de Gibraltar mira con preocupación el futuro de su relación con su principal fuente de empleo, una colonia que, según un informe del 2015, supone la cuarta parte de su PIB y aporta unos 120 millones de euros al año.
Los cerca de 32.000 gibraltareños también esperan con preocupación cómo cambiara su entrada y salida por un paso, considerada la frontera más pequeña del mundo, que es el único enlace terrestre con el resto del mundo.
Un paso que, a muchos de ellos, les lleva a sus segundas residencias, a sus espacios de compras, de diversión y ocio y, en definitiva, de sus vidas.
De momento, lo único seguro es que el Ministerio del Interior ha invertido más de cuatro millones de euros en contratos de urgencia para adecuar la Verja a su, de momento, incierto futuro.