La culpa no es Endesa sino de los vecinos que encienden la luz todos a la vez en vez de hacerlo por turnos (léase con la suficiente dosis de sarcasmo). La excelencia de los materiales queda meridianamente patente en las fotos que el Ayuntamiento de San Fernando publicaba a través del Facebook de la alcaldesa, Patricia Cavada.
Son los trabajos de reparación de un centro de transformación de la Casería de Ossio que salía ardiendo en la noche del sábado pasado y que afectó a toda la zona norte e incluso provocó apagones en la zona interior de la ciudad.
Hay que informar al respecto que el mantenimiento de estas instalaciones corresponden por entero a Endesa y es la multinacional la que contrata a las empresas que arreglan las averías.
Al Ayuntamiento se le comunica la incidencia porque afecta a la ciudadanía. Y además el incendio sembró la alarma en un barrio densamente poblado y a esas horas sólo alumbrado por los coches de Bomberos y de la Policía Local.
Desde las 21.30 horas que el centro de transformación eléctrica ubicado en la calle Torero Rafael Ortega sufrió un incendio y a partir de ahí comenzaron los trabajos por restablecer la luz en toda la zona de la Casería de Ossio, donde los vecinos pasaron la noche como pudieron, con mantas y en muchas zonas sigue sin haber corriente eléctrica.
Este incendio ocasionó el corte de luz en otros once centros de transformación que pudieron recibir electricidad desde otros centros mientras se desarrollaba una intervención para subsanar el problema ocasionado en dicho centro de transformación debido a la cual las zonas de San Federico y San Miguel que a mediodía del domingo todavía estaban sin luz por la imposibilidad de darle a través de otro centro de transformación.
Es por ello que en estas zonas instalaron un grupo electrógeno para restablecer el servicio eléctrico hasta que se pudiera subsanar la enésima avería con la reposición de cableado con intervención necesaria en el pavimento.
Las causas del incendio tendrán que determinarse aunque a lo primero que se mira es la sobrecarga de unas instalaciones que no soportan la cantidad de viviendas de una zona muy saturada sin que se hayan adaptado las instalaciones a la demanda paulatina que ha ido creciendo. El próximo apagón ya está más cerca porque es casi el día a día de la ciudad. Eso sí, la factura lo recoge todo. Y cada vez más cara.