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Sevilla

Una llamada de esperanza

Tras 50 años, la presencia del Teléfono de la esperanza está más justificada que nunca

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  • Un voluntario atiende una llamada. -
  • Reclaman una mayor atención a la salud mental desde el sistema sanitario
  • Las atenciones se duplicaron en el confinamiento
  • Piden afrontar el drama del suicidio porque “hay una media de 10 muertes al día” y dejar de silenciarlo

El 1 de octubre de 1971 se produjo la primera llamada, desde entonces el teléfono de la esperanza, una asociación creada en Sevilla por el monje Fray Serafín Madrid, ha levantado el teléfono a más de cinco millones de personas para “ayudarles a buscar una salida y encontrar sus valores y su desarrollo”. El sábado 13 organizan un acto online para celebrar su cincuenta aniversario. El director de su delegación en Sevilla, Ángel Pérez Navarro, cuenta que surgió en “una época en la que había crisis social y económica, en la que el teléfono estaba en auge  y de una forma anónima uno podía ser ayudado y atendido”. La asociación cuenta ahora con 29 sedes en toda España y las razones por las que nació están más vigentes que nunca. En Sevilla hay 60 voluntarios,  tres son los más veteranos con más de 30 años de colaboración. Ahora desde sus casas.

Si no se habla es imposible que lo prevengamos. Necesitamos naturalizarlo


Durante la pandemia se han duplicado el número de llamadas. Les contaban episodios de ansiedad, miedo, soledad o conflictos familiares. Pérez Navarro alerta  de que “esto no ha acabado” y que si no se actúa “a largo plazo se verán las consecuencias”.


El perfil de los usuarios ha ido cambiando. Cada vez hay más jóvenes y más hombres, aunque las mujeres siguen siendo mayoría, y la mitad de los usuarios tienen entre 45 y 65 años. Observan a los jóvenes en una peor situación psicológica y lo achacan, sobre todo, a su constante y prolongada exposición a las nuevas tecnologías. Pérez Navarro los ve frustrados porque se exigen “lo que encuentran en unos perfiles de redes sociales que son mentira”, a ello se suma el acoso en las escuelas e institutos.


Desde la asociación lamentan que, después de 50 años, aún no se haya roto el tabú sobre el suicido, pese a que es la primera causa de muerte externa en España. Cada año mueren en España alrededor de 3.600 personas, mientras tanto por las de accidente de tráfico se contabilizan cerca de 2.000. “Es una media de 10 personas muertas por suicido al día”, denuncia Pérez Navarro. Una realidad “de la que no hay una concienciación social”, en parte por la ocultación de los medios de comunicación. Éstos tradicionalmente han entendido que informar del suicido provocaría el efecto imitación. “Eso es un error, está completamente desmitificado ya”, afirma el director porque “de lo que no se habla, no se puede prevenir. Hay que naturalizarlo”.


Critican la falta de implicación de las administraciones y la falta de un plan nacional y andaluz, que sí existe en otras comunidades, para la prevención del suicidio. Asimismo, reclaman un aumento del gasto en salud mental. “No es normal que haya pacientes con enfermedades mentales que tengan una visita cada mes y medio o dos meses. Nosotros no podemos sustituir al SAS”, remata Pérez Navarro.

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