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Provincia de Cádiz

Las tiendas de souvenirs no venden una postal desde la irrupción del coronavirus

El sector, que se queda fuera del decreto de ayudas del Gobierno, lamenta la falta de agilidad de la Junta en resolver sus subvenciones

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  • Interior de la ‘Tienda-museo de Cadi-Cadi en una imagen de su cuenta de Facebook. -

Hasta que el Gobierno decretó el estado de alarma, Javier Benítez cargaba cada mañana, tan pronto levantaba la baraja, con el expositor de postales desde el interior de la tienda a la puerta del establecimiento en la entonces populosa calle José del Toro, en la capital. En vísperas de la entrada en vigor del confinamiento duro, a mediados de marzo pasado, lo introdujo al interior de la Tienda-museo de Cadi-Cadi y no lo ha vuelto a sacar. Ni siquiera con la reapertura, durante el verano que, en principio, no fue tan malo, pero se trató solo de “un espejismo”, apunta con respecto a la desescalada.

La segunda ola confirmó que no habría recuperación, con una drástica reducción de la demanda, sin turistas nacionales ni internacionales, y pulverizó las esperanzas puestas en la campaña navideña. “Fue un desastre”, resume. La respuesta de la clientela gaditana -no es una tienda de recuerdos de la ciudad al uso, dado que tiene una amplia gama de productos que apelan al orgullo local- y también la venta online evitaron que la califique de desastre total. Pero este trimestre, ha sido peor con el cierre perimetral del municipio y tan tremendo golpe no admite ya matices ni paliativos.

Todo ello, además, sin respaldo institucional, salvo el expediente temporal de regulación de empleo (ERTE) al que se acoge una compañera de manera intermitente. El documento aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes 12 de marzo excluye como beneficiarios de los 7.000 millones de euros disuestos para ayudas directas a unos 5.000 autónomos y pequeñas y medianas empresas de la provincia, entre ellas, las pertenecientes a los comercios de souvenirs. La Junta, por su parte, no resuelve con agilidad las convocatorias abiertas. Benítez solicitó unos 5.000 euros de subvención de la línea para impulsar la modernización y mejora de la copetitividad de las pymes comerciales y artesanas de Andalucía a través de la introducción de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), de su incorporación al comercio electrónico y la modernización de su imagen e infraestructura. Pero el Ejecutivo autonómico amplió el plazo para conceder las cuantías el pasado 5 de febrero y hasta hoy.

“Ni siquiera estamos pendientes ya de lo que ofrecen las administraciones”, reconoce Paqui González, una de las tres integrantes de la comunidad de bienes que administra Artesanía viva, en calle Tornería, en Jerez. Con todo el material adquirido para afrontar el Festival de Flamenco, la Semana Santa y la Feria del año pasado aún en el almacén y con el taller cerrado, reconoce que les cuesta seguir adelante. “Apenas cubrimos gastos”, lamenta. El dueño del local no les cobró alquiler durante el primer encierro. Les dio aire, pero la clientela ha quedado reducida a la mínima expresión. “Sin turistas internacionales, nuestros abanicos, los trabajos en piel y las cerámicas siguen en el escaparate. El futuro es incierto”, agrega. 

El responsable de la Tienda-museo de Cadi-Cadi se muestra optimista y confía en que se recobre la actividad turística en verano, siempre que avance la campaña de vacunación, y vuelva a hacer caja. Pero Paqui González teme que no sean capaces de soportar los dos o tres meses que restan aún por delante. “Tenemos una edad y hay días que abrimos por abrir, como quien dice” porque la puerta no se abre. Después de ocho años, y aunque se resiste a asumirlo, se plantea si quizás el cierre definitivo sea la única manera de acabar con una agonía que dura más de un año.

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