Hidralia, empresa concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado en San Fernando, trabaja para mejorar constantemente la seguridad y salud de las personas en los diferentes grupos de relación, tanto los propios trabajadores como los contratistas, proveedores y clientes.
Es por ello que se han puesto en marcha, y se siguen ampliando, planes de acción y herramientas para lograr el compromiso de cero accidentes laborales, a través del desarrollo de campañas específicas de seguridad y salud −por ejemplo, las ‘10 normas que salvan vidas’, centradas en los principales riesgos de las actividades de la empresa−; el fomento de una cultura participativa como la iniciativa ‘Cultura Justa’ que busca crear un clima de confianza para promover una mayor transparencia y ayudar a compartir experiencias con el objetivo de reforzar la prevención de riesgos; o la implantación continua de programas de formación. En este ámbito, se realizaron en 2020 un total de 83 horas de formación en San Fernando.
En cuanto a dispositivos, hay que destacar la implantación en el último año del sistema de crucetas anticaídas, una herramienta que permite realizar trabajos de limpieza de pozos y arquetas de la red de saneamiento de más de dos metros de altura evitando el riesgo de caída a distinto nivel. Este mecanismo se transporta y se instala de manera sencilla, reduciendo la abertura de las alcantarillas pero dejando suficiente espacio para que haya ventilación y no se dificulte el trabajo de manipulación de mangueras dentro de la red.
Esfuerzo ante la pandemia
Además, en el contexto actual de pandemia COVID-19 en el que el agua cobra vital importancia para garantizar la salud, Hidralia ha reforzado −desde el inicio de la crisis sanitaria en marzo del año pasado− todas las medidas preventivas para salvaguardar la seguridad de sus trabajadores con los máximos estándares de protección, así como para asegurar la continuidad del servicio de agua a la ciudadanía. Entre las principales medidas aplicadas el último año, destaca la creación de un modelo de operación adaptada, incluyendo la presencia permanente en las instalaciones esenciales del Grupo; la realización de tests de detección de la COVID-19 prácticamente al 100% de la plantilla (con 169 pruebas en total); o el apoyo psicoemocional para el personal de la compañía.
También se han instalado medidores de CO2 en oficina para controlar la renovación del aire en esas instalaciones y asegurar un ambiente más seguro frente al COVID
