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Almería

Condenados unos padres por permitir el absentimo escolar de sus hijos durante dos cursos

El fallo impone a los progenitores una pena de nueve meses de multa a razón de cinco euros diarios, esto es, el pago de 1.350 euros

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El Juzgado de lo Penal número 3 de Almería ha condenado a unos padres de la capital almeriense como autores de un delito de abandono de familia por permitir el absentismo escolar de sus hijos durante, al menos, dos cursos escolares, con lo que incumplieron el deber de "procurar una adecuada formación y educación" a los menores.

   El fallo, consultado por Europa Press, impone a los progenitores una pena de nueve meses de multa a razón de cinco euros diarios, esto es, el pago de 1.350 euros con una responsabilidad personal que podría llegar a un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas en el caso de impago.

   Según la investigación judicial, los dos menores implicados, de 10 y 12 años, acumularon un importante número de faltas sin justificación y retrasos en la asistencia al centro escolar durante los cursos 2010/2011 y 2011/12 sin que se articularan medidas para evitarlo pese a que los padres conocían por parte de la dirección del centro escolar y los servicios sociales las "reiteradas faltas de asistencia" de los menores.


   De esta forma, durante el primero de los cursos los hermanos llegaron a acumular 31 y 24 días de inasistencia durante la primera evaluación, una situación que se volvió a repetir en el siguiente curso escolar, según constan en el informe de absentismo, de forma que durante todo el año uno de los pequeños acumuló 82 faltas y 26 retrasos sin justificar y el otro 97 faltas injustificadas.

   Esto, según indica en sus fundamentos la juez María Soledad Balaguer, ha tenido una "influencia negativa" en el rendimiento escolar de los menores puesto que "las calificaciones obtenidas en todas las materias, excepto Religión, es de insuficiente", según la sentencia, sobre la que cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.

   En este sentido, la magistrada apunta al carácter "esclarecedor" de las declaraciones de la directora del centro y el jefe de estudios, quienes indicaron que en sus reuniones con la madre de los pequeños, ésta "no le dio ningún motivo para no ir" a clase, aunque al principio se inventaba enfermedades". Así, hicieron constar que una tercera hija de la pareja, menor que los otros dos, también había empezado a dejar de ir a clase.

   Asimismo se tuvo en cuenta el testimonio de una educadora social quien pudo hablar tanto con la madre como con el padre en una visita al domicilio de ambos a raíz del inicio del expediente de absentismo. Allí, los progenitores argumentaron que los menores estaban malos y "si bien es cierto que en algunos casos hay algunos justificantes médicos", la conclusión de la educadora es que a los pequeños "no los llevan al colegio porque no quieren", lo que ha dado lugar a "un bajo rendimiento escolar".

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