Como afirma un famoso lema de una célebre serie de televisión “se acerca el invierno” y con él el tiempo de buscar el calor de la forma más confortable y ventajosa a la par que económica. Bien sea para disfrutar de una reconfortante ducha o calentar el hogar, el butano o el gas natural son, frente al costoso consumo eléctrico, las opciones más comunes. Sin embargo,
existen diferencias fundamentales que hacen que el gas natural sea mucho más ventajoso que la clásica bombona y que cada vez sean más los hogares que se decanten por cambiar de modelo.
Gas natural vs butano
Las diferencias entre el gas natural y el gas butano son sustanciales y provocan que la mayoría de los hogares prefieran la primera opción, siempre que la red de distribución esté disponible en su zona. La distribución y almacenaje, así como el precio, la resistencia al frío y las emisiones son factores a favor del gas natural frente al butano. A la hora de hacer el cambio,
existen empresas como Anidia que se encargan de todo el proceso y aclarar cualquier tipo de duda.
Precio por cambiar de gas butano a gas natural
Si bien no puede definirse un precio fijo por cambiar la instalación de butano a gas natural ya que hay muchos factores en cada caso, las instaladoras tienen la obligación de proponer un presupuesto previo para que el cliente pueda decidir.
Hay que tener en cuenta que
este cambio puede estar subvencionado o bien por la compañía distribuidora o por la comunidad autónoma. Existe el Plan Renove de calderas que conceden las comunidades autónomas para cambiar una caldera de butano, propano, gasoil o carbón por una menos contaminante, como la de gas natural.
Ventajas del gas natural frente al gas butano
Son muchas las
ventajas del gas natural frente al butano. Sin duda alguna, la principal es la comodidad de disfrutar de un suministro ininterrumpido. En cuanto a los precios,
los del gas natural son más estables, existe una mayor oferta de tarifas y es menos contaminante que el butano.
Distribución y almacenaje
Con el gas natural, al tratarse de un servicio canalizado, el cliente solo tiene que abrir la llave para disponer del combustible, evitando la molestia de tener que comprar (y transportar) las bombonas.
Al no tener que comprar envases, se evita ocupar espacio en el hogar para almacenar las voluminosas y pesadas bombonas. Es más económico el gasto con el gas natural que con el butano, ya que en este último caso habría que contar con numerosas bombonas para poder alimentar una calefacción de radiadores. El uso para calefacción del gas butano se limita a estufas móviles.
Precio
Sin lugar a dudas, el precio del gas natural es uno de sus mayores atractivos, ya que cuesta prácticamente la mitad que el butano. Es así porque la extracción del gas natural es más sencilla.
Además, también influye la red de distribución, que abarata su coste evitando el envasado que encarece el precio del butano.
Existen dos vías para adquirir el gas natural: el mercado regulado o del mercado libre. Para contratar el gas natural en el primero de los casos, el usuario puede solicitar la Tarifa de Último Recurso (TUR), cuyos precios regula el Ministerio de Industria y cambian cada tres meses. Siel usuario contrata el gas natural en el mercado libre el precio lo fija la propia comercializadora de gas.
Resistencia al clima
El gas natural resiste el frío mucho mejor que el butano. En el primero caso el punto de ebullición está en -163 °C, siendo de tan solo -1 °C el del butano.
Esto lo hace ideal en zonas de mucho frío ya que incluso con una temperatura de 4 o 5 °C el butano empieza a presentar problemas de vaporización. La alta temperatura de ebullición del butano genera problemas en lugares fríos, ya que el butano puede no vaporizarse cuando incluso queda combustible en la bombona, dejando sin suministro la vivienda, además de un mayor gasto de dinero ya que habría que devolver la bombona a medio usar.
Emisiones
Por último, pero no por ello menos importante, está el factor medioambiental.
El gas natural es el combustible menos contaminante, siendo un 12,5% menos contaminante que el propano, un 14,3% que el butano y un 25% que el gasóleo. Además, el gas natural no contiene azufre como el resto de combustibles.