La familia se vuelca en ayudas a los más desfavorecidos al margen de su labor empresarial
En muchos sectores de la sociedad la generosidad no está siempre bien vista, ya que hay quien considera que se debe ayudar a los más necesitados, pero que es mejor poner los medios para que no necesiten esa ayuda. Pero cuando esa generosidad, o esa solidaridad, viene de la mano de una persona, o mejor sería decir de una familia, como es la de Ruiz-Mateos, que ha conseguido no sólo volver a crear un nuevo imperio empresarial, sino manteniendo todos los puestos de trabajo y creando otros nuevos, los argumentos en contra de esta actitud de ayuda hacia los demás pierde todo su sentido. Y es que la disposición que está mostrando esta familia, a través principalmente de su Fundación Teresa Rivero, va mucho más allá de buscar un reconocimiento público, para alcanzar de lleno una sensación de responsabilidad hacia quienes le rodean y que, por una causa u otra, no pueden valerse por sí mismo, como puede haber sido actualmente la crisis económica. Y cuando no se puede crear más empleo, el mejor camino para seguir ayudando a las personas es la solidaridad, por eso ayer se presentó la entrega de 120.000 kilos de alimentos que serán repartidos por distintas asociaciones religiosas y sociales entre quienes necesitan de esta ayuda para poder sobrevivir. 120 toneladas de productos básicos que, como bien saben ellos mismos, no van a solucionar el problema de la crisis, pero sí van a poder permitir que muchas familias jerezanas, pero también del resto de la provincia --ya que todas las asociaciones que trabajan para los demás están coordinadas y trabajan de forma conjunta, porque ésta no es una situación local, sino global-- puedan tener un sustento que les facilite algo tan básico como es poder disponer de algo para comer cada día. Por eso, este gesto tiene un valor añadido, porque nadie podría poner en entredicho la labor que ya viene realizando esta familia, bien con fines sociales, bien con fines empresariales, o la propia Fundación en los últimos años, pero ellos han decidido dar un paso más al frente, implicarse más en favor de los que necesitan su ayuda e impulsar esta entrega de alimentos que, de alguna forma, va a permitir que la solidaridad, que siempre se hace de forma altruista, tenga por derecho un nombre propio: Ruiz-Mateos.