Las Secciones Sindicales de las Empresas Municipales y Ayuntamiento de Estepona han emitido un comunicado en el que denuncian el pago de productividades a algunos trabajadores municipales y a un cargo de confianza, sumándose así al sindicato CSIF y a otras voces populares que se han levantado en contra. "Un mes más debemos denunciar que se siguen cobrando sobresueldos sin justificar y sin la aprobación del correspondiente programa de productividad", explica el escrito.

Y es que consideran ilógico que mientras los gobernantes buscan cómo garantizar las nóminas de los trabajadores, por otro lado "están malgastando dinero público en el pago de productividades". Los sindicatos municipales alegan la falta de servicios básicos en el municipio que provocan que no haya dinero ni para combustible y que el comedor social no reciba las ayudas que le habían sido prometidas. Denuncian además las palabras de la Concejala Delegada de Personal, la socialista Cristina Rodríguez, en las que justifica los 2.160 euros de productividad al actual responsable de Recursos Humanos, Fernández Gago, declarando que las actuaciones en materia de personal llevadas a cabo son "de una enorme complejidad técnica y organizativa". La organización sindical considera el trabajo realizado por el cargo de confianza está dentro de sus funciones y por tanto, compensada dentro de su nómina, como el resto de trabajadores. "Desde la Delegación de Personal no ha habido ningún avance para garantizar la estabilidad económica de la plantilla municipal", reprocha el comunicado, documento en el que recuerdan que aún no se ha diseñado la Relación de Puestos de Trabajo ni se ha llevado a cabo la Subrogación del Personal de las Empresas Municipales ni el Plan de Prejubilación.

Por si esto fuera poco para la delegación de Rodríguez, las secciones sindicales de UGT del Ayuntamiento de Estepona aseguran que el ambiente de trabajo en las dependencias municipales "es el peor conocido incluso por los funcionarios más veteranos", que evidencian que la gestión de la edil, lejos de ser positiva, "es nefasta y caótica para el buen funcionamiento de la administración".