Tres en raya para Cabaña
Ni planificándolo le hubiera salido tan bien la semana al secretario provincial del PSOE. En sólo unos díasha visto caer a Rafel Velasco, ha colocado a Luis García Garrido como número 3 del partido y se ha autoproclamado como el verdadero aliado de Griñán en la provincia. Y todo sin tener nada que
Y claro, si se mira para arriba, uno sólo se encuentra al PSOE en todas sus vertientes, la regional y la provincial (de la local, por el momento, ni se sabe nada ni se le espera, para desgracia de Marta Melendez).Y en todas estas vertientes socialistas hay un nombre propio en todas ellas: Francisco González Cabaña, que ha visto cómo después de unas semanas donde parecía que le daban todas en el mismo carrillo, ha resurgido como un ave fénix para recordar a todos que ahí está él, vivito y coleando, y que si alguien pensó por un momento que podía estar acabado o cuanto menos tocado, estaba muy equivocado, porque si algo tiene Paco es que es capaz de no sólo de resurgir de las llamas, sino del mismo infierno al que muchos le han querido mandar.Y como el secretario provincial del PSOE es, ante todo, un jugador de eso llamado política, esta vez me da la impresión de que le ha salido el tres en raya del tirón.
El primero le vino dado desde Sevilla, cuando el hasta ahora vicesecretario general del PSOE andaluz, Rafael Velasco, tiraba la toalla antes de tiempo y dejaba a José Antonio Griñán (Pepe, para los electores) no sólo sin mano derecha, sino sin sustituto, tanto que ha decidido dejar la silla vacía. Y ésta le viene dada a Cabaña porque se ha quitado a un ‘enemigo’ de encima y, sobre todo, sin tener nada que ver (quizás eso sea lo único que le duela de todo este asunto), y de propina esta renuncia sirve para recordar a quien quiera escucharlo que la veteranía es un grado (y de esto sabe él bastante) y que la presión política se supera a base de años en el cargo y no sólo, como se ha visto, con la ilusión del principiante que se desinfla cuando le coge el toro a las primeras de cambio.
Y la segunda le llega con los cambios que Pepe (para los electores) ha tenido que introducir en el organigrama reginal, con la incorporación de Luis García Garrido --actual delegado del Gobierno en Andalucía-- como nuevo secretario de Política Institucional, ya saben el cargo en forma de regalo envenenado que se le ofreció al propio Cabaña en el último congreso y al que él renunció para no tener que dejar su casa, digo la Diputación Provincial.Y aunque, imagino, que habrá pensado que si hubiera aceptado ahora sería el número 3 del partido, lo que para él sería casi como controlar el partido en su totalidad, porque más poder ha tenido en años desde lugares mucho más lejanos, no ha podido ocultar sus satisfacción por la llegada de Luis, un hombre al que se le vincula a su entorno ‘familiar (políticamente hablando), por lo que, de alguna manera, pensará que siempre es bueno tener un pie o un brazo en donde se deciden las cosas que a él tanto le interesan. Lástima que el proceso de candidatos a las municipales esté ya cerrado, que si no...
Tan contento estaba este viernes que, incluso, se dejó llevar por la pasión y no dudó en afirmar que, pese a negar primero que hubiera diferencias entre Sevilla y Cádiz, entre Pepe (para los electores) y Paco (para toda la provincia), la situación que se pudo generar a raíz de que él rechazara ostentar esta secretaría de Política Institucional se “cierra totalmente”,... lo que implica que, quizás, sí había algo abierto.
Y como no hay dos sin tres, el mismo viernes, en la ejecutiva provincial, donde se esperaba que pudiera saltar alguna chispa por aquello de ese ‘buen entendimiento’ que siempre reina en el partido, no tuvo que echar mano de rencores y rencillas y todo transcurrió tan bien que, como dijo a su término, “no ha habido ni patadas en las espinillas”, que son las que más duelen, pero las que menos se ven. Tan buen rollito había que compareció acompañado de quien quiso estar con él, que las cosas, cuando van bien (y esta semana le han ido de fábula) hay que compartirlas con todos, que no es cuestión de dar imagen de soledad.
Por tanto puede estar más que contento Francisco González Cabaña por cómo le va saliendo todo... salvo que, como pasó con Valcárcel, todo esto sea un ‘engaño’ para que se posicionen los enemigos y luego actuar en consecuencia, porque, no nos engañemos, a Paco le gusta ganar en el tres en raya, pero él con lo que sueña cada día al despertarse en con tener en raya a todas las fichas, aunque sean las del dominó y el parchís juntas. Él sólo juega a ganar.
Todos los damnificados de Sauce
Los trabajadores de Sauce se van a la huelga ante su incierto futuro, ya que cerrará el centro Dora Reyes y el de los transeúntes sale a concurso. Lo curioso no es su futuro, que veía venir, sino que sólo ha hecho falta que alguien pidiera lo que se le debía para que ahora el Ayuntamiento se acuerde que tenía quejas del centro y plantee si es necesario seguir apostando por él, que de cerrar dejará en la calle a muchas familias sin rcursos. Parece que el estado de bienestar que se pierde no sólo es culpa de ZP.
Una buen foto y una piedra para el olvido
No nos engañemos, no hay como una buena foto oficial, de esas que salen las portadas, para que todo el mundo se olvide de lo que dijo y cómo lo dijo. Y el mejor ejemplo ha sido el Parador, cuya primera piedra ha servido para que todos aparquen sus diferencias --no tan lejanas, por cierto-- y se sumen a sonreír en la colocación de la dichosa primera piedra. Por lo menos, se evidencia que se logra más hablando que discutiendo. Ahora sólo falta si Paradores es capaz de construir el nuevo hotel para estar a tiempo para el Doce.
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