España afronta el reto de garantizar que las competencias lectoras de los alumnos no solo sean fluidas, sino también "completas"
El 91 % del alumnado español de 15 años lee con fluidez y hay menos de un 10 % de lectores lentos entre aquellos con un bajo rendimiento en las pruebas de PISA, según refleja un análisis sobre la fluidez lectora de la OCDE.
En una entrevista con EFE, Rodrigo Castañeda, analista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, advierte de que este estudio corresponde a las pruebas de 2018 y no será hasta finales de este año cuando se publique el correspondiente a PISA 2023, que reflejó una nueva regresión en comprensión lectora.
Recuerda que pese a que los análisis son "válidos y robustos" pueden no reflejar el país en su conjunto porque en 2018 un pequeño número de escuelas "mostraron patrones de respuesta anómalos y reportaron bajos niveles de compromiso con la evaluación".
Según el "PISA in Focus ¿Qué lecciones podemos aprender de la prueba de fluidez lectora de PISA?", el 91 % del alumnado español de 15 años lee con fluidez y, aunque se trata sin duda de una proporción elevada, es similar a la de otros países hispanohablantes, como Colombia, Chile, México y la República Dominicana.
Por otra parte, entre el alumnado español que obtuvo resultados inferiores al nivel 2 (bajo rendimiento) en lectura, "una proporción elevada sigue siendo capaz de leer con fluidez (60 %)", destaca el experto en educación.
Si miramos lo que ocurre en otros países de la UE, en Austria, Croacia y la República Checa al menos el 60% de los alumnos con bajo rendimiento en lectura también leen con fluidez, mientras que en Bélgica la cifra ronda el 50%. Islandia se sitúa en un extremo, con menos del 40%, e Irlanda en el otro, con el 70% de los alumnos con bajo rendimiento en lectura.
"Lo más destacable es que en España hay menos de un 10 % de lectores lentos entre los estudiantes de bajo rendimiento en lectura en la prueba PISA. Si nos fijamos en otros países de la UE, España no es el único país con una proporción significativa de lectores de bajo rendimiento pero fluidos", agrega.
Sin embargo, subraya que la proporción de lectores lentos en nuestro país es la más baja entre los examinandos hispanohablantes.
A su juicio, España, al igual que otros países de la UE, afronta el reto de garantizar que las competencias lectoras de los alumnos no solo sean fluidas, sino también "completas y críticas", por lo que las estrategias "deberían centrarse en equilibrar la fluidez con la comprensión y las destrezas de lectura más complejas (inferencia, deducción, comprensión de la técnica y la intención, etc)".
Sobre la intención de España de aplicar el próximo curso un plan de refuerzo en matemáticas y comprensión lectora tras los malos resultados de PISA, Castañeda afirma que las prioridades podrían centrarse en implementar intervenciones de lectura efectivas, mejorar la formación del profesorado para la enseñanza de la lectura y promover una cultura de lectura tanto en la escuela como en el hogar.
Los datos de PISA 2018, agrega, "sugieren que la fluidez lectora no era un problema para la mayoría de los alumnos con bajo rendimiento en España", por tanto las intervenciones pueden necesitar focalizarse más en cuestiones como la mejora de las habilidades de comprensión y dar apoyo específico al alumnado de bajo rendimiento".