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Querida taberna

En Sevilla siempre huele a Azahar

Los árboles están en naranja vivo. Un espectáculo de color y pronto de olor. Pero en la taberna Azahar siempre huele a tertulia, polémica y pitorreo...

Publicado: 06/03/2024 ·
13:42
· Actualizado: 06/03/2024 · 13:45
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  • Juan con su parroquia, incluido Álvaro Peregil. -
Autor

Andi Koetxea

He publicado los libros “Huelva choquera y tabernera” (2021) y “Sevilla, la ilustre taberna” (2023), "Huelva choquera y tabernera II volumen" (2024) y "El Rompido 77. Los niños salvajes" (2024). Los bares y las tascas son la excusa perfecta para sumergirme en la antropología de la vida cotidiana

Querida taberna

Cerca del mostrador de bares y tabernas pasan cosas, y algunas muy curiosas. Este blog atrapa al vuelo esos sucedidos para que caigan en buenas manos

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Los árboles están en naranja vivo. Un espectáculo de color y pronto de olor. Pero en la taberna Azahar siempre huele a tertulia, polémica y pitorreo. Esto es San Julián. Un barrio de los de siempre.

En la carta, tan escueta como contundente, hay higaditos de pollo encebollados, hay salchichas al vino, hay guisos güenos güenos… Y los montaditos, sin duda alguna. En el terreno de las viandas no va a faltar el buen acomodar el estómago a las cervezas, en vaso de tanque, que se deslizan por la garganta. Me río yo del tobogán del parque acuático de La Barqueta.

Una voz colosal se eleva y resulta que es Álvaro Peregil. Pone a caldo a Juan, que desliza una sonrisa de pasada. Que sonríe hasta con los ojos, en silencio, capeando un temporal que apenas le roza el mandil negro. Álvaro intercala apelativos de cariño con palabras mayores. Todas ellas dentro del saco de la confianza que se tienen. Enseguida aparece el apodo de Juan. “¡Caaachotrén!”, exclama Álvaro. Al parecer, dicen, cuentan, era capaz en los ensayos de levantar el paso de Nuestra Señora de la Hiniesta él sólo. Y que, en otra ocasión, rompió una trabajaera. Cachotrén, todo junto, se le quedó por estos alardes de fuerza desbocada.

Álvaro esboza la teoría de que la rompió con los cuernos. “Con los güevos, aclara Juan, al quite, presto.

La taberna Azahar.

LA TABERNA AZAHAR

El edificio será de los setenta. Desde las navidades del 79 existe esta taberna que él mismo califica de cofrade. Y si entras haces un viaje en el tiempo saboreando la eternidad que habita en Azahar.

Ha habido diversas etapas en los años que contempla esta tasca, con los avatares de la vida marcando cada una de ellas (1). Primero estuvo Antonio José Abela al frente, trabajando con el hermano de Juan. Nuestro tabernero de hoy llega, joven, al poco después. Desde el año 1994 al 2005 tuvo siete años con otro dueño y cuatro de cierre. En ese 2005 la retoma y, con ligeros arreglos, vuelve a ser el Azahar fragante de la primavera. Y también del verano, el otoño y el invierno, porque la vida no para en San Julián.

Los elementos materiales que la componen hacen que tenga las características canónicas de una tasca que se precie. Son materiales y, a la vez, esenciales y sentimentales. La barra tiene la solera que sus insignes visitantes merecen, la alacena de detrás nos traslada a las casas de abuelas entrañables. La nevera es de las que ahora llaman vintage. Con sus cierres y bisagras rotundas. Las pegatinas de la Fanta con su muñeco payaso, con nariz encendida y gorro que parece un barco de papel. Latas de Cola Cao, de pimentón Cruzcampo de la Industria Las Tres Rosas… fotos de Vírgenes, Cristos, procesiones. Un dibujo a lápiz de un Silvio a caballo entre su apostura chuleta y sus devociones cofrades (lo firma en 2020 Sheila Criado). Aperos y archiperres típicos del mundo rural. Espejos de cornucopia. Botellas bien antiguas.Tiza en ristre y serrín en el suelo.

Hay que detenerse en un cartel enmarcado. Del Solemne y Devoto Birra Crucis 2023 que, empezando donde nos encontramos, hace un recorrido indescriptible: Azul y Plata, Bar Santa Marina, Bodega Soto, Bodega Camacho, Gonzalo Molina, Bar Esperanza Macarena (venia a Dña. Rafi), Rincón Sagrado, Casa Vizcaíno, Bodega Mateo, Casa Gutiérrez, Casa Ricardo, Bodega San Lorenzo y Taberna Ánima. Salida a las 13:30 horas y entrada en el templo a las 22:30 horas. “Se ruega a los Hnos. la máxima compostura durante el recorrido, y, finalizado el mismo, vuelvan a casa por el camino más corto”. El aire jocoso se remata con un “Te adoramos Gambrinus, y te bendecimos”. En el buen tono cabe esta inocente irreverencia.

Una tele antigua, una radio antigua, un teléfono antiguo. Aquí todo parece más antiguo de lo que es. “Como el tabernero”, dice Álvaro por incordiar. “Este es que es mu grasioso”, le responde Juan. Son amigos y en estas cosas es cuando se nota.

LAS TERTULIAS

Es lo que sucede en la taberna Azahar. Aquí pasa la vida a cachos y en conversaciones que echan chispas. Los tanques van cayendo, en su labor de excitar las mentes y pacificar los instintos.

Hay varios capítulos en todo ello. Están los debates alrededor del infinito mundo de la Semana Santa. Hay recuerdos de sucedidos históricos. Sobre la pertinencia de que La Estrella sea conocida por La Valiente. Acerca del origen de los incendios en iglesias… aquí no vamos a profundizar, y sólo hay que destacar que las divergencias se liman sin acritudes vanas.

Estamos en el Moscú de Sevilla. Todo el distrito, dicen que los números lo avalan, vota mayoritariamente izquierdas. Que Sevilla, en todo caso, es diversa lo apuntalan las idas y venidas dialécticas que disfrutamos en este barrio. Hay temple, mano izquierda, mano derecha, remates de tacón y cachitas. Según la ocasión y la temática en cuestión.

Otro lugar común, en el que solazarse con el cachondeíto, es el de los amoríos y el de la ausencia de los mismos. Estamos entre la resignación y las reglas del parchís: me como una y cuento veinte. En todo caso nadie se toma muy en serio más que las ganas de recrearse en la presunta fortuna o desgracia de los demás. “No se puede con tantas novias”, “tú clavas menos que un clavo plástico”, … En fin, cosas así se dejan caer.

Sacan bola y el tema extraído es uno que nos aproxima a nuestro ser de boomers, de seguidores acérrimos del Yo fui a E.G.B. Montiel aligera su abrigo y muestra la camiseta. Nos reta a conocer a los personajes amarillos de Los Nilsson. De ahí a cabalgar en Pequeño Tío hasta Pippi Calzaslargas, Heidi o, más recientemente, Shin Chan es cosa hecha. Con la madurez que da el viaje, vemos cómo hemos sido criados entre el melodrama y la transgresión sin que nadie sepa categorizar hasta qué punto la sospecha de incesto entre Heidi y el abuelito o las incursiones bajo falda del calentorro Shin Chan es peor. Si la insubordinación de Pipi o… los recuerdos se entrelazan con la chufla. Homer Simpson, que no Nilsson, nos mira desde el serigrafiado sobre tejido de algodón. Seguramente también participaría en el debate, si pudiera.

La taberna y uno de sus clientes, Luis Vidosa.

QUÉ ES UNA SALSA SIN UN BUEN PEREGIL

Peregil con ge, porque de Pérez Gil le viene al galgo. Pepe no corría sino con la mente despierta, con la chispa que resplandecía en su verbo ágil. A su hijo Álvaro se le escucha decir que qué más querría él… que todo lo que ha sido su padre se difundiera más y mejor. Hay por ahí un libro de Joaquín Arbide (2) que hay que atesorar. Pero creo que pocos sevillanos habrá que no puedan contar alguna del tremendo Pepe Peregil.

Familia de bodegueros en su Manzanilla (Huelva) natal, la conversación hilvana sucedidos acerca de taberneros de la capital que hasta allí se acercaban a por buen género. Yo me acuerdo de lo que me contaba el bueno de Pedro Verdugo, nieto de Protasio Verdugo.

Pepe Peregil fue cantaor. Ante todo, saetero de sus hermandades. Y, como tabernero, fiel exponente de la estirpe del que tiene siempre salidas y entradas, para un roto y para un descosío. Con elegancia, si era el caso. Con desparpajo y sin vergüenza. Pícaro y tunante, con la sonrisa de soslayo o la risa retumbante. Su voz atronadora resuena en su hijo y hasta a un fandango este se atreve.

DE COMO EL TIESO DE SAN JULIÁN SE CONVIRTIÓ EN EL CANGREJERO Y ACABÓ TOCÁNDOLE UN CUPÓN

Iba en bici hacia la taberna Quitapesares y como se encontró por el camino con Álvaro Peregil, que iba en su moto, acaban aquí los dos. Montiel recuerda sus veranos en Chipiona. Las horas extra de su padre, haciendo sus trabajitos después de la jornada laboral de taller mecánico, permitían ese lujo que eran los quince días en la patria de La Más Grande.

En los corrales de pesca (3) se hartaba de coger cangrejos y pasaba de ser, aquí, El Tieso de San Julián a, allí, El Cangrejero. El método era tan sencillo como ingenioso y pasa a explicárnoslo. Calcetín limpio, aclara, lleno de sardinas desechadas del mercado Municipal de Abastos de la localidad. Risitas de incredulidad y mofa. Ahora va a venir el sevillanito este a decirnos cómoVolvemos: calcetín relleno. Se estruja soltando el caldito y se pasea por el agua, atrayendo a los crustáceos decápodos. Como previamente había atrapado unos cuantos de esos cangrejos de roca tan amenazantes como incomibles, los emplea para atraer también a las presas. Al final creo que me he liado un poco, así que tendrán que venir a escucharlo ustedes mismos. Yo es que me perdí el desenlace entre traguito y traguito.

También le vendía las navajas a un hombre mayor que trabajaba en un circo, cuando nadie las quería. Tenía unos catorce años y con el dinerito se compraba cortes de helado, a cinco duros. O se iba al cine de verano Gran Cinema. Para una caña de pescar que le posibilitara seguir ampliando sus tejemanejes hizo un intercambio de una camiseta de Denílson de Oliveira por el aparejo. El fichaje más caro de la historia del Betis facilitó una adquisición en ese momento más lucrativa para nuestro chavalote veraneante y buscavidas. Quizá influido por un jugador brasileño que también sabía salvar los muebles en caso de aprietos (4).

Sobre la marcha enlaza con el fantástico relato de un sucedido, por todos soñados y por (casi) nadie cumplido. Que te toquen los cupones. A su exmujer nada, afirma rotundo, y lo celebra con un tirirí que te vi.  Cayeron aguinaldos por la familia, algún electrodoméstico que otro... Y para seguir tirando. Eran las once de la mañana y, frente a La Macarena, en una comprobación rutinaria el cuponero le dice “¡tú tiene aquí treinta y cinco mil euros!”. Con el notición, se queda blanco, de la impresión. Y los lagrimones cayéndosele sin recato. Enseguida el trabajador de la O.N.C.E. le informa del sencillo proceso para hacerse con el botín. No da crédito y pasa a llamar a sus seres queridos y cercanos para contarlo. “Que me ha tocado el cu…, que me ha tocado el cu…, que me ha tocado un cu…”. Nada, que no hay manera. La lengua estropajosa impide que la frase llegue a buen término. “¿Que te has caído de la bici?” le pregunta la novia, que no le parece creíble otra cosa. “Tú no vayaa bebé, tú no vaya a bebé. Tú espérame a mí a que salga del trabajo”. “Sí, sí, voy a esperá. Pa que te lo beba tú”.

Empieza en el bar Arco. Ahí al ladito. Una ronda para todos. “Empecé a bebé, empecé a bebé y tenía que llevar el cupón”. Al lugar de marras que cerraba a las dos. “Y me cogió el toro. Entonces ya no me dio tiempo”.

LIBROS SON AMORES

Al final Luichi ejerce de amigo incondicional y me lía, desvelando que soy constructor del libro “Sevilla, la ilustre taberna”. Señalamos el cartel que lo promociona. No es por casualidad que esté ahí pegado en el cristal. No es por modestia que esto no lo diga yo de sopetón, pero me gusta observar el desarrollo de las cuestiones más allá de que ese dato pueda distorsionar. “¡Lo tengo!”, dice Álvaro Peregil. “Me lo han regalao, lo tengo. Todavía no lo he empezao. ¿Está mi taberna?... da igual” Se acuerda de Antonio Burgos, se persigna y le desea un descanse en paz sentido. “Pero para Antonio sólo había Trifón, Morales, El Rinconcillo… y poco más. Para gustarle tanto los toros, no templaba demasiao“. Álvaro hace un alegato por tantos lugares dignos y un poco olvidados.

Cuenta que todos los libros en su casa los compran en la librería de Reguera (5). “Essse… ese no te lo recomiendo” le dice Julio. “Pero, bueno, si es de los que a mí me gusta y él lo sabe, pa que me iba a decí eso”, añade, antes del desenlace. Se ríe y aclara. “¿Qué pasa? Que ha venío mi madre ya, ¿no?”, pregunta Álvaro a Julio. En época de regalos navideños pasan estas cosas y un librero con pericia intenta que no se note, por no chafar la sorpresa.

Poco a poco el grupo de va deshaciendo. Casi dan las cinco. “Vamono ya, que un cuarto de hora menos es un poco de bronca menos que nos llevamos”.

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(1) En la estupenda revista “Nazarenos” (número 15, “+ BARES COFRADÍAS”, de enero del 2024), atípica y atractiva, se puede ahondar en lo que esta taberna Azahar representa. Y ello a través de una entrevista de Nacho Guisado a Juan Oliveira Cachotrén.

“Cumplimos tres años desde nuestro nacimiento y de nuevo tenemos un bar en nuestra portada. Es que no lo podemos evitar, nos gustan mucho los bares, nos gustan mucho las cofradías y nos encanta hablar de cofradías en los bares. Somos modernos -o eso creemos- pero también somos de tradición, de la barra vieja de madera, la cuenta sobre ella, el olor a tiza húmeda que desprende cada trazo rápido que imprime la mano del tabernero.

¿Cuántas veces hemos arreglado nuestra hermandad en el bar? ¿Cuántas ilusiones y proyectos han nacido sobre sus servilletas? ¿Cuántos acuerdos -no oficiales- se han aprobado antes o después de los cabildos?”

(2) LAS OCURRENCIAS DE PEPE PÉREZ PEREGIL: TAL Y COMO SE LAS CONTÓ A JOAQUIN ARBIDE (5ª ED.). De aspecto y voz de gigante, Peregil siempre cuenta historias mínimas que, sin embargo, y haciendo honor a su apodo, desprenden un sabor inmenso. Es hijo, nieto y bisnieto de “Peregiles” y todo viene de un hombre bueno y gracioso llamado realmente José Pérez Gil, al que se le quedó aquello de “Peregil”.

(3) https://www.turismodechipiona.com/destinations/corrales/

Los corrales de pesca de Chipiona forman un original conjunto histórico, cultural y paisajístico que es herencia de una cultura pescadora rural antigua, presumiblemente romana o árabe.

Son recintos cercados por un muro de contorno redondeado, de piedras porosas de construcción artesanal, distribuidos a lo largo de nuestro litoral. Las piedras están unidas por una conglomeración marina, ostiones (tipo de ostra), algas, escaramujos (bellota de mar) que actúan como cemento natural.

(4) https://www.elperiodico.com/es/deportes/20211031/fiesta-halloween-betis-veinte-anos-12460069

"Estaba previsto que vinieran unas 40 personas, pero se fue corriendo la voz y...", recuerda Benjamín de una época en la que aún no había redes sociales. Calcula que pudieron llegar a juntarse 100 personas. Joaquín lo cifra en 200. Lo que nadie discute es que había más invitadas que invitados. 

Pasada la medianoche, Benjamín salió a la puerta "a comprobar cómo estaba la cosa" y seguía entrando gente. Pero lo que más llamó la atención fue un coche aparcado frente a su casa: "No sabía si estaban haciendo algo o metiéndose algo". Pero el vehículo le resultaba familiar. Se acercó a investigar y vio cómo se abría la puerta. "Buenas noches, Benjamín", le dijo una voz aflautada. Lopera salió del coche junto a Juande, el director deportivo y el gerente del club, para espanto del futbolista ecuatoguineano: "Me volví blanco".

"Entramos en la primera habitación y allí había chicas haciendo ejercicio físico sin ropa ninguna", recordó tiempo después con guasa Lopera, con el 'delito' ya prescrito. Pero aquella noche no hubo bromas, sino terror. Subió al segundo piso, donde estaba la mayoría de los jugadores en situación un poco menos comprometida. "Estábamos en la gloria y entonces veo venir a Benjamín con la cara desencajada", recuerda Joaquín.

El gaditano se divertía junto a Varela y Capi, otro de los canteranos de aquel equipo, que tampoco olvida aquella escena. "Estábamos en la terracita del chalé cuando Benjamín irrumpió preguntando: '¿Quién ha invitado al presidente?'". No le creyó, hasta que le vio aparecer, con la mano en el pecho tocando la estampita del Cristo del Gran Poder de la que nunca se separaba. "Subía por aquellas escaleras y parecía iluminado", recuerda Capi.

Las invitadas alucinaban y hasta se hacían fotos con los recién llegados: "Pues sí que es importante la fiesta que vienen hasta el presidente y el entrenador". Juande sostiene que él ni siquiera sabía dónde iba. "El presidente, que en algunas cosas era peculiar, me llamó y me dijo que le acompañara, pero no sabía adónde".

Algunos jugadores trataban de esconderse detrás de las cortinas, otros de vestirse. Denílson intentaba saltar por el balcón, valorando si era peor una caída desde un primer piso o enfrentarse a Lopera. "Que no me paga, Joaquín, que no me paga", le decía el asustado brasileño al hoy capitán y leyenda bética. "Saltaban con una habilidad que yo dije: "Juande, estos van a macar goles de cabeza saltando cuatro metros'”, bromeaba después el presidente.

(5) https://www.diariodesevilla.es/ocio/Ultima-pagina-libreria_0_1767424149.html

Cincuenta años de librería Reguera. En 2023 Deja Julio su oficio vital. Pero con la enorme felicidad que da el saber que Botica de Lectores sigue con este lugar histórico, siendo lo que debe ser: templo del buen leer.

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