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Andalucía

Los peritos dicen que el acusado iba a 128 kilómetros por hora

Señalan la posibilidad de que las dos víctimas mortales cruzaran cuando el semáforo aún estaba en rojo

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  • El acusado y los familiares -
Los peritos de la Policía Local dijeron este viernes que el acusado del atropello mortal de dos jóvenes en Sevilla circulaba a 128 kilómetros por hora, pese a la limitación a 50 kilómetros, pero también que las víctimas cruzaron con el semáforo en rojo para ellas.

El juicio quedó este viernes visto para sentencia en el juzgado penal 8 de Sevilla, donde el fiscal ha mantenido su petición de nueve años y medio de cárcel para el acusado F. V. C, de 35 años, y su defensa ha solicitado la absolución, con la posibilidad de una condena alternativa de dos meses de cárcel por dos faltas de lesiones.

En su derecho a la última palabra, el acusado ha reiterado que no vio a las chicas y que no huyó del lugar del atropello, que cometió cuando circulaba con el doble de alcoholemia de la autorizada y con el carné retirado por acumulación de infracciones.

La Policía Local ha mostrado varios vídeos con la reconstrucción del accidente registrado en la madrugada del 3 de abril de 2010 en el paseo de Colón de Sevilla y sus peritos han asegurado que “en la hipótesis más favorable para el acusado”, su coche iba a 84 kilómetros por hora y se saltó dos semáforos en ámbar.

Dado que el atropello ocurrió en una céntrica calle en la noche del Sábado Santo, el informe fue realizado “como un pequeño puzzle para compatibilizar las versiones” de los numerosos testigos, y según los peritos lo más posible es que el acusado circulase a 128 kilómetros por hora y se saltase al menos un semáforo en rojo.

Una de sus conclusiones se refiere la infracción cometida por las propias víctimas, que “iniciaron la marcha con el semáforo en rojo para ellas”, si bien los peritos han precisado que no tienen claro si en el momento del atropello seguía en rojo o ya estaba en verde para las dos jóvenes: Patricia Alfaro, de 26 años, y Almudena González, de 30.

La última jornada ha registrado un incidente cuando la jueza ha expulsado a José Alfaro, padre de una de las víctimas, después de que éste reprochara a la magistrada que permitiera barajar la hipótesis del semáforo en rojo para las víctimas y se negara a sentarse pese a ser requerido tres veces.

Otro experto en reconstrucción de accidentes ha considerado que el conductor circulaba a unos 90 kilómetros por hora y que, de haber respetado la limitación, las víctimas habrían sufrido fracturas y hematomas pero no habrían fallecido.

Segunda jornada del juicio

Varios policías que acudieron al lugar del doble atropello mortal de dos chicas en Sevilla dijeron este jueves a la juez que el conductor tenía síntomas “clarísimos” de borrachera, con lo que han desmentido la versión del acusado de que solo bebió dos cubatas cinco horas antes del siniestro.

En la segunda jornada del juicio que celebra el juzgado penal 8 de Sevilla, varios policías han declarado que el acusado, F. V. C, de 35 años, presentaba ojos vidriosos, habla pastosa y balbuceante, somnolencia, comisuras blanquecinas y le costaba mantener la verticalidad.

Otros dos testigos han manifestado que, tras atropellar a las dos víctimas en la madrugada del 3 de abril de 2010, el conductor no intentó parar y lo hizo doscientos metros más adelante porque un taxista le persiguió y le bloqueó el paso.

La jornada ha comenzado con el testimonio de los forenses sobre las lesiones que presentaban Patricia Alfaro, de 26 años, y Almudena González, de 30, momento en el que varios familiares han aceptado el ofrecimiento de la juez de salir de la sala dada la crudeza del relato.

Una decena de policías nacionales y locales han comparecido a continuación ante la juez y han asegurado, en contra de lo declarado por el imputado, que todos los testigos del atropello les indicaban que el conductor se había dado a la fuga.

El primer testimonio de la jornada ha sido el de un policía libre de servicio que vio cómo el acusado, tras el atropello, se saltó un semáforo en rojo y continuó la marcha sin intención de parar, aunque fue interceptado por un taxista que le recriminó a gritos su actitud, en contra de lo afirmado por F. V. C. de que se detuvo voluntariamente cuando se lo permitió la visibilidad de su luna fracturada.

Este taxista no ha podido ser citado pero los ocupantes de un patrullero que acudió minutos después al lugar del accidente, en el Paseo de Colón de Sevilla, junto a la Torre del Oro, han relatado que el hombre se cruzó en el centro de la calzada y les avisó de que acababa de detener al autor del atropello, que se había dado a la fuga.

Un policía nacional ha explicado que vio claramente como el taxi había interceptado al Renault Clio del acusado, bloqueándole el paso.

Otro agente ha declarado que las víctimas, que regresaban de ver procesiones de Semana Santa y se dirigían al domicilio de una de ellas en Mairena del Aljarafe (Sevilla), no llegaban tarde a tomar el tren y no tenían motivo para cruzar la calle corriendo, como sostiene una de las hipótesis de la defensa.

Otros agentes han declarado que el conductor fue detenido y trasladado a la Jefatura de la Policía Local, donde la prueba de alcoholemia practicada unos 35 minutos después del atropello arrojó un valor del 0,51 miligramos, el doble de lo autorizado.

Primera jornada del juicio

En la primera jornada del juicio, el acusado del doble atropello mortal de dos chicas en Sevilla cuando conducía borracho y con el carné retirado aseguró que no las vio y que debían cruzar por fuera del paso de cebra donde se produjo el accidente.

Reconoció, no obstante, que el atropello se produjo en un momento de descuido cuando miró el cuentakilómetros y vio que circulaba a 60 kilómetros por hora, y negó que tras el impacto intentase huir del lugar.

El acusado F. V. C, de 35 años, declaró que aquella noche del 3 de abril de 2010 solo había bebido dos cubatas cinco horas antes del siniestro, pese a lo cual en la prueba de alcoholemia arrojó 0,50 miligramos, el doble de lo autorizado.

El acusado, que se echó a llorar al final de su declaración, fue increpado a su llegada a la sala con gritos de “asesino”, “canalla” y “dejádnoslo a nosotros” por parte de una decena de familiares de las víctimas: Patricia Alfaro, de 26 años, natural de Madrid, y Almudena González, de 30 años y residente en Mairena del Aljarafe (Sevilla).

F. V. C. se enfrenta a una petición del fiscal de nueve años y medio de cárcel por delitos de homicidio por imprudencia, omisión del deber de socorro, conducción temeraria, delito contra la seguridad vial y hurto, este último al haber reconocido que cogía el coche de su madre sin permiso, dada su dependencia de la cocaína desde veinte años antes.

El acusado declaró que desconocía que tenía el carné retirado por acumular siete sanciones con pérdida de puntos, ya que firmó el certificado de Tráfico pero no se enteró de lo que decía.

También negó haber huido del lugar de los hechos ya que paró unos doscientos metros más adelante, cuando pudo hacerlo con seguridad ya que había perdido la visibilidad al astillarse la luna delantera del turismo.

Aunque aseguró que conducía con precaución, un testigo que dijo que el acusado se saltó un semáforo en ámbar y no dudó en adelantar, a unos 100 kilómetros por hora, a dos coches por la derecha y por un espacio no habilitado para la circulación.

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