Un estudio ha concluido que la práctica de unos 30 minutos al día de ejercicio físico intenso tiene como efecto una reducción de un 8-10 % del colesterol LDL oxidado, el más malo, un efecto beneficioso que solo se ha observado en hombres.
Son las conclusiones de un estudio de un equipo de investigadores del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, de la Universidad de Vic-Universitat Central de Cataluña (UVic-UCC), del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) y del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), con datos del estudio REGICOR (Registro Gerundense del Corazón).
Los resultados del estudio, que publica la Revista Española de Cardiología, han revelado que practicar actividad física intensa permite reducir los niveles de oxidación del colesterol LDL presente en la sangre (lipoproteínas de baja densidad), la forma más perjudicial del llamado colesterol malo.
En concreto, la práctica de unos 30 minutos al día de ejercicio tiene como efecto una reducción de un 8-10 % de este colesterol LDL oxidado, ha informado este viernes el Hospital del Mar.
"Hemos visto que la actividad física, sobre todo si es actividad física intensa, reduce los niveles de LDL oxidado; así, a iguales niveles de LDL, una persona que hace actividad física tiene menor riesgo cardiovascular provocado por el colesterol malo", ha señalado el investigador Roberto Elosua, coordinador del Grupo de Epidemiología y genética cardiovascular del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y decano de la Facultad de Medicina de la UVic-UCC
El trabajo ha hecho seguimiento de 3.070 personas que han formado parte del estudio REGICOR, a las que midieron los niveles de oxidación del colesterol LDL.
Este proceso es el que facilita que las partículas de colesterol se puedan depositar en las arterias y hace crecer las placas que provocan la arteriosclerosis (engrosamiento de las paredes de las arterias).
En esta población también se midió su nivel de actividad física a través de un cuestionario, de manera que se pudo establecer una relación estrecha entre llevar a cabo actividad física de forma intensa (como correr, practicar marcha nórdica o natación) y la reducción de la oxidación del colesterol.
Los investigadores comprobaron que la actividad física tenía beneficios, mientras que el ejercicio de intensidad baja o moderada no tenía el mismo efecto positivo.
También observaron que ese efecto positivo sólo se produce en hombres, lo que los investigadores achacan a las diferencias hormonales que tienen las mujeres.
Una de los explicaciones sería que el estrógeno -hormona femenina- es un elemento protector contra la oxidación de los lípidos, si bien los investigadores no descartan otros motivos.