Ya advertíamos en el último Saca-Punta que los medios de la derecha se habían puesto manos a la obra para atacar a IU. Pero lo visto, oído y leído esta última semana resulta apabullante. Temerario incluso. “A calzón quitado” como diría el líder popular.
Las plumas más recalcitrantes y retrógradas de la vieja Onuba se han puesto manos a la obra para justificar lo injustificable, lo contra natura. No comprendo que entendían éstos lumbreras, algunos con clara vocación de luminarias, cuando en la campaña electoral los dirigentes de IU (léase Cayo Lara, Diego Valderas y el propio Pedro Jiménez, al que ahora intentan vapulear) aseguraban que “ni por activa ni por pasiva permitirían un gobierno de derechas”. Lo han repetido hasta la saciedad, por eso no comprendo de que se sorprenden ahora. ¿Cómo tratan de justificar que lo lógico es que IU pacte con el PP? ¿A quien quieren convencer con esta milonga?
A ver si va a resultar ahora que Franco no sólo no era un dictador, sino que era un tipo majo que rayaba con el comunismo y que “daba alas a los sindicatos”, como ha asegurado el culto lumbreras Sánchez Dragó, ‘alma mater’ de la derecha más franquista de este país. A ver si resulta, como quieren hacer ver algunas plumas con lenguaje soez e insultante, incluso inventándose falsas noticias, que el enemigo público número uno de IU en esta provincia es el PSOE. Pero ¿A donde vamos a llegar? Y, además, apelando a la libertad de prensa y a la democracia. Respeten las normas de la democracia y, al menos, respeten a la lista más votada, que hasta el mismo Arenas esta harto de repetirlo. Aunque eso el portavoz onubense del PP parece no haberlo oído tampoco.
Tratar de justificar lo injustificable resulta temerario, parece ridículo. Y que lo hagan los lugartenientes columnistas de la derecha más recalcitrante de Huelva es entendible, lo que parece menos entendible es que los militantes de IU o del PP no hayan comprendido antes los mensajes o las directrices de sus respectivos partidos. Sino estaban de acuerdo deberían haberlo expuesto antes, no a toro pasado.
Lo de Almonte o Cartaya, donde ICAR se vendió como “los socialistas pobres” no es comprensible por mucho que algunos lo quieran justificar. A no ser que importen más los sillones que las ideas.
