La UE actúa: Menos desperdicio, más reciclaje en textiles y alimentos
El
Parlamento y el
Consejo de la Unión Europea han llegado a un
acuerdo provisional con objetivos concretos para
reducir el desperdicio de alimentos en un 10% en el sector de
procesamiento y fabricación, y un
30% per cápita en el comercio minorista, restaurantes y hogares para
2030.
Para garantizar el cumplimiento, los países de la UE deberán tomar medidas que faciliten la
donación de alimentos seguros que de otro modo serían desechados.
En cuanto a los
residuos textiles, los
productores serán responsables de los costos de
recolección, clasificación y reciclaje de los productos que ponen en el mercado. Esto incluye ropa, calzado y accesorios.
Los países también podrán establecer
planes específicos para colchones y combatir las prácticas de la moda rápida, incentivando económicamente la sostenibilidad.
En
Andalucía, esta normativa podría tener un
impacto significativo en la industria agroalimentaria y textil. La reducción del desperdicio de alimentos beneficiará a pequeños productores y bancos de alimentos, mientras que la regulación sobre textiles podría impulsar el sector del reciclaje y la moda sostenible en la región.
Catalina García, consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, destaca la importancia de esta normativa: “Es bueno que la
nueva Comisión Europea afronte un grave problema. Si tenemos en cuenta que son
59 millones de toneladas lo que a nivel europeo se produce de
residuos alimentarios al año y eso supone una
pérdida de 132.000 millones de euros o 12,6 millones de toneladas de residuos textiles, creemos que sí que es un grave problema”.
Según la consejera, la Junta de Andalucía ha sido
pionera en la materia: “El Gobierno de la Junta de Andalucía y la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente dio un paso fundamental con la aprobación de la
Ley de Economía Circular en 2023 y en el Consejo de Gobierno de hace una semana aprobamos la formulación de la
Estrategia de Economía Circular precisamente para afrontar este grave problema”.
García también resalta el
papel de la ciudadanía en este proceso: “Para reducir el número de residuos y concienciar a la población de que hay que
cambiar nuestra forma de actuar que ahora mismo es usar y tirar, y conseguir que nuestros residuos textiles y alimentarios tengan una
segunda vida. Podemos volver a reutilizarlos, reciclarlos y
volver a meterlos en la vida de la producción”.
En cuanto a los plazos, la consejera señala: “
Ese es el objetivo, cumplirlo. Si hay una
acción coordinada por parte de la Unión Europea y los países como España que también quiera hacer una revisión de su Estrategia de Economía Circular,
podemos conseguirlo”. Alude también a la necesidad de
concienciar a la población para cumplir con los propósitos.
Con este acuerdo, la Unión Europea da un paso firme hacia una
economía circular más sostenible. Ahora, la decisión está en manos del
Consejo y el Parlamento Europeo para su aprobación definitiva.