El pacto de gobierno que funcionaba "perfectamente", tal y como comentó la alcaldesa Carmen Álvarez en su balance del año 2024, ha saltado por los aires tras varios rifirrafes entre su equipo y el PSOE de Sanlúcar. En estos 626 días de acuerdo entre Izquierda Unida y el PSOE en la ciudad se han vivido numerosos encontronazos entre ambas formaciones.
Para el portavoz socialista, Víctor Mora, Izquierda Unida ha venido incumpliendo el acuerdo desde el primer día con diversos desplantes. Uno de ellos fue el despido de tres notificadores municipales que acumularon hasta 13 meses sin cobrar su nómina a pesar de seguir realizando sus funciones en el Ayuntamiento. Los socialistas mostraron su apoyo a los empleados en una concentración en la que se llegaron a recoger hasta 3.000 firmas exigiendo la municipalización del servicio y la absorción de estos tres afectados. Por su parte, Álvarez hizo caso omiso a las reivindicaciones de los trabajadores y, finalmente, fueron despedidos.
Otra de las situaciones que generó disputas entre ambas formaciones se remonta al pasado mes de noviembre cuando Sanlúcar estuvo más de 24 horas sin suministro de agua. Los socialistas expresaron su malestar por la gestión que realizó la alcaldesa sobre esta incidencia y la falta de información a la ciudadanía.
Esta falta de entendimiento se ha traducido a lo largo de este año y medio de mandato en un continuo rifirrafe que se ha visto reflejado en las actitudes de la alcaldesa con su socio de gobierno en diversos plenos municipales. Es el caso del pleno ordinario del mes de noviembre cuando Álvarez negó el turno de palabra a Víctor Mora remarcando que la sesión había finalizado. "Si tienes algo que preguntar, me llamas y me lo dices", fue la respuesta de la regidora ante el intento de Mora de tomar la palabra en la sesión.
A pesar de ello, en el último desayuno navideño con los medios de comunicación que celebró la alcaldesa, sin invitar siquiera a su socio de gobierno, remarcó que "el estado de salud del pacto estaba perfectamente" tras ser preguntada por este periódico. Casi tres meses después, nada más lejos de la realidad, estaba claro que la salud del pacto llevaba agonizando desde el día en que se firmó.
