Ahoga a sus dos hijos
Un mujer de unos 30 años, vecina del barrio, había matado a sus dos hijos, de 3 y 11 años, ahogándolos en la bañera de su vivienda.
“¡Álvaro, Alejandro!”, gritaba Ángel, su padre, desconsolado, sin creer aún que su mujer Ruth, los había ahogado en la bañera. A las siete de la tarde el barrio de la Alcantarilla despertaba a una nueva tragedia en Jaén. Las sirenas y las ambulancias anunciaban que algo grave había pasado en la calle Alcalde Cancio Uribe, pero nadie podía imaginarse una tragedia tan cruda.
Un mujer de unos 30 años, vecina del barrio, había matado a sus dos hijos, de 3 y 11 años, ahogándolos en la bañera de su vivienda, según explicaron fuentes de la Policía Nacional. La supuesta parricida fue detenida pasadas las nueve de la noche y puesta a disposición judicial, entre la sorpresa de vecinos y familiares.
Todo comenzó en torno a las siete de la tarde cuando un familiar de la madre avisó a Emergencias 112 al detectar que la supuesta parricida, que había sufrido en los últimos meses depresión, se encontraba “muy nerviosa” y estaba amenazando a sus hijos. Inmediatamente se dio aviso al Cuerpo Nacional de Policía, que envió una unidad a la vivienda, al 2º D del número 2 de la calle Alcalde Cancio Uribe, en La Alcantarilla. Cuando llegaron al lugar de los hechos localizaron a los menores en la bañera de la vivienda sin vida, según indicaron fuentes policiales. Trataron de reanimarlos, pero no pudieron hacer nada. Sufrían parada cardiorrespiratoria y, según las mismas fuentes, tenían síntomas de haber fallecido por ahogamiento.
El móvil del crimen aún se desconoce. Según los testimonios y los propios vecinos, la madre, cuyo nombre es Ruth, había sufrido varios cuadros depresivos y de ansiedad en los últimos meses, si bien aseguran que llevaba algún tiempo más tranquila.
Ángel, la pareja de la supuesta parricida, que se encontraba en rehabilitación en el momento de los hechos por una dolencia en la pierna y que tiene unos 40 años, trabajaba en el arreglo y mantenimiento de ascensores. Ambos eran Testigos de Jehová y, según el testimonio de los vecinos, formaban una familia “normal”, que “iban juntos a todos lados” y que se llevaban fenomenal. “El padre se los llevaba todos los fines de semana al campo y cuando hacía frío se iban a la nieve”, comentaba una de sus vecinas, que como el resto, no se creía lo que estaba sucediendo.
Otros crímenes en Jaén
Se da la circunstancia de que en los últimos meses la capital jienense ha sufrido varios crímenes. Entre ellos destaca el crimen del Hospital, donde murió el joven Antonio Estepa; la muerte de una joven a manos de un hombre, que entró en su casa de la calle Sagrado Corazón para robar, y el último que tuvo lugar en el Camino de las Cruces donde se localizó el cuerpo sin vida y en avanzado estado de descomposición de José Vizcaíno, miembro de una conocida familia de delincuentes de Jaén.
Un mujer de unos 30 años, vecina del barrio, había matado a sus dos hijos, de 3 y 11 años, ahogándolos en la bañera de su vivienda, según explicaron fuentes de la Policía Nacional. La supuesta parricida fue detenida pasadas las nueve de la noche y puesta a disposición judicial, entre la sorpresa de vecinos y familiares.
Todo comenzó en torno a las siete de la tarde cuando un familiar de la madre avisó a Emergencias 112 al detectar que la supuesta parricida, que había sufrido en los últimos meses depresión, se encontraba “muy nerviosa” y estaba amenazando a sus hijos. Inmediatamente se dio aviso al Cuerpo Nacional de Policía, que envió una unidad a la vivienda, al 2º D del número 2 de la calle Alcalde Cancio Uribe, en La Alcantarilla. Cuando llegaron al lugar de los hechos localizaron a los menores en la bañera de la vivienda sin vida, según indicaron fuentes policiales. Trataron de reanimarlos, pero no pudieron hacer nada. Sufrían parada cardiorrespiratoria y, según las mismas fuentes, tenían síntomas de haber fallecido por ahogamiento.
El móvil del crimen aún se desconoce. Según los testimonios y los propios vecinos, la madre, cuyo nombre es Ruth, había sufrido varios cuadros depresivos y de ansiedad en los últimos meses, si bien aseguran que llevaba algún tiempo más tranquila.
Ángel, la pareja de la supuesta parricida, que se encontraba en rehabilitación en el momento de los hechos por una dolencia en la pierna y que tiene unos 40 años, trabajaba en el arreglo y mantenimiento de ascensores. Ambos eran Testigos de Jehová y, según el testimonio de los vecinos, formaban una familia “normal”, que “iban juntos a todos lados” y que se llevaban fenomenal. “El padre se los llevaba todos los fines de semana al campo y cuando hacía frío se iban a la nieve”, comentaba una de sus vecinas, que como el resto, no se creía lo que estaba sucediendo.
Otros crímenes en Jaén
Se da la circunstancia de que en los últimos meses la capital jienense ha sufrido varios crímenes. Entre ellos destaca el crimen del Hospital, donde murió el joven Antonio Estepa; la muerte de una joven a manos de un hombre, que entró en su casa de la calle Sagrado Corazón para robar, y el último que tuvo lugar en el Camino de las Cruces donde se localizó el cuerpo sin vida y en avanzado estado de descomposición de José Vizcaíno, miembro de una conocida familia de delincuentes de Jaén.
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