seré sincero con ustedes: no me gusta escribir sobre el tema, me pasan esos cuernos demasiado cerca de la taleguilla, y tenía escrita a mediados de semana no una, sino cuatro entregas sobre temas distendidos y más cómodos y que, por lo general, se explayan en la cama: las relaciones personales, el matrimonio gay y los otros matrimonios y hasta sobre la conveniencia de ir instaurando matrimonios de nuevo cuño, así sean, matrimonios a tres o mas bandas, matrimonios interfamiliares -padres y/o madres con hijos, o entre hermanos-, o matrimonios con mascotas, cuyo desarrollo prometo para un futuro cercano. Pero, por esperarla, nos pilló esta EPA -Encuesta de Población Activa- y nos dejó su zurrón de seis millones, doscientos dos mil parados...
No quería escribir de esto, ya dije, y entre otras porque estoy persuadido de hacerlo sobre un dato falso, engañoso y maquillado, y según es triste el modelo, tratado de tanatopraxia, que entre unos y otros a este país le llevamos a la tumba. El dato está trucado porque ese número brutal de 6 millones de parados se alcanzó ya en la EPA correspondiente al último trimestre de 2012, y se rebajó -maquilló- hasta rozar los seis millones por abajo, para que a un solo año de tomar el poder no insultaran al Gobierno hasta las estadísticas.
Pero las mentiras tienen las patas cortas y se coge antes a un embustero que a un cojo, y sólo un trimestre ha podido hurtarse el dato al conocimiento general: 6.202.000 personas sufren de paro en España -la mayor enfermedad social jamás conocida en nuestro país, por gravedad y por expansión entre todas las capas- ocupa la nación como una pandemia, en la que un 56% de nuestros jóvenes están seriamente afectados y/o dos millones de familias no ingresan un solo céntimo al mes desde hace años.
Ya era grave y antigua la situación de la enfermedad cuando el PP conseguía arrojar del desgobierno al PSOE, y alcanzaba a los 4.500.000 enfermos, pero a año y medio de entonces la cifra que arrojan ahora los epidemiólogos de la EPA alcanza a los 6.202.000 afectados, sin que ninguno de estos enfermos haya muerto o tenga en esta salida natural puesta su esperanza.
Con todo y dado el “benéfico” resultado que a la vista de estos datos arroja el tratamiento al que nos someten desde la UE y el Gobierno, su vicepresidenta, Soraya Saenz de Santamaría, que es mujer a la que tengo en alta consideración, siquiera sea en inteligencia, señala -no sé si amenaza- con no cambiar el rumbo, sabedora, como debe serlo, que éste no nos puede llevar, como ciudadanos y como nación, mas que al “pago de Albaladejo”, que diría un castizo, al enfrentamiento, que diría un policía o un antisistema, o a la muerte por inanición, si en el camino no nos salva la Caridad.
Con estos datos -y conste que no me alegra en absoluto, porque en esta tragedia sólo lloramos los ciudadanos- es insostenible mantener que 2013 será el último de la recesión y que en el próximo año veremos los logros de estas políticas restrictivas y entraremos en crecimiento y creación de empleo.
El presente año 2013 -según Luis de Guindos- nuestro PIB no crecerá por encima del 0,5%, un punto menos de la apuesta del propio Gobierno, y el crecimiento en términos de empleo no puede darse por debajo de un incremento de PIB del 2%, según todos los economistas. Con estos datos previos, sostener que veremos crecer la economía real, la que da empleo, en 2014 es un ejercicio de voluntarismo político que, pese a ser patético, roza el cachondeo con la población que, para desgracia de todos verá crecer su número de parados hasta los 7 millones. Mientras, Soraya, a lomos de la mayoría absoluta, dice no querer cambiar de rumbo. Será atrevido preguntar a la de Valladolid a donde quiere y nos quiere llevar...
