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Hacienda niega una crisis en la AEAT y dice que nadie en el organismo es "imprescindible"

El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, ha asegurado este lunes que no existe "ninguna crisis" ni hay ningún "caos" en la Agencia Tributaria a raíz de la marcha de algunos altos cargos e inspectores del organismo

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  • Miguel Ferre -

El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, ha asegurado este lunes que no existe "ninguna crisis" ni hay ningún "caos" en la Agencia Tributaria a raíz de la marcha de algunos altos cargos e inspectores del organismo.

   Ferre, que ha realizado estas declaraciones durante su participación en el 'Foro Cinco Días', ha subrayado que los cambios que se han producido en la Agencia Tributaria "no llegan a diez personas" de una plantilla total de 27.000 profesionales. En este sentido, ha afirmado que algunos cargos han decidido abandonar su puesto por "relaciones personales o relaciones con la organización jerárquica".

   "Pero ya han sido sustituidos por otros profesionales tan magníficos y reconocidos como eran ellos. En esta organización ninguno somos imprescindibles, ni siquiera yo. Funciona razonablemente más allá de que uno u otro ocupe su puesto y está asegurada su independencia", ha indicado.


   El secretario de Estado de Hacienda ha añadido que la Agencia Tributaria desempeña sus funciones de acuerdo con la normativa vigente, "con plena independencia y profesionalidad", reconocidas "internacionalmente", y quiso "despejar el temor" de cualquier duda sobre la actuación de este organismo, que "trata a todos los contribuyentes por igual". "Me parece lamentable tener que reiterarlo a estas alturas", llegó a decir Ferre.

LA IDEOLOGÍA NO CUENTA.

   En la misma línea y en otro momento de su intervención, el responsable de Hacienda afirmó que "no cuenta nada la ideología" de los funcionarios que ocupan la alta dirección de la Agencia Tributaria, al ser preguntado por las afirmaciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acerca de que la cúpula del organismo estaba llena de socialistas.

   En su opinión, lo que quiso decir el ministro es que altos cargos del anterior Gobierno ocupan ahora puestos en la cúpula de la Agencia Tributaria. A pesar de ello, aseguró que "no cuenta nada la ideología", ni con este Gobierno "ni con el anterior ni con el anterior del anterior".

   Ferre afirmó que lo único que influye en la designación de estos cargos es su profesionalidad y la relación de confianza que tengan con sus superiores jerárquicos, como en cualquier organización pública o privada.

   Además, negó que los relevos que se han producido estén deteriorando la imagen de la Agencia Tributaria, ya que estos cambios "no van a ser ni los primeros ni los últimos", y enmarcó en un proceso totalmente normal que el nuevo director haya realizado cambios en la organización porque la realidad es "dinámica" y es preciso adaptarse a los "nuevos retos".

NO DESCARTA MÁS CAMBIOS.

   "¿Va a haber más cambios? ¿Por qué no?, en sí mismo no son malos", subrayó el secretario de Estado de Hacienda, quien insistió en que entran dentro de la normalidad, incluso afirmó que no sería nada raro que los nuevos designados cambien a su vez los cargos de su organización. "Estas personas podrán plantearse si el equipo de su unidad responde al perfil para enfrentarse a las tareas requeridas", indicó.

   Preguntado acerca de por qué el director de la Agencia ha tardado seis meses en cambiar a los equipos desde que tomó la responsabilidad del organismo, Ferre dijo que Menéndez está haciendo los cambios al ritmo que está considerando "conveniente", pero negó que detrás de este lapso temporal haya "indicios de algún aspecto raro".

   Ferre, quien calificó de "trazo grueso" los comentarios que han aparecido en los medios de comunicación como la supuesta crisis interna en el organismo, quiso recalcar el buen trabajo realizado tanto por la anterior directora, Beatriz Viana, como por el actual responsable, Santiago Menéndez. "Ambos han hecho un trabajo magnífico", afirmó.

   Para ejemplificar los buenos resultados, aportó algunos datos como los 87.000 millones de euros que han aflorado en bases imponibles con la nueva obligación de informar de bienes y cuentas en el extranjero, lo que ha motivado, a su vez, que España haya enviado 300 requerimietos a terceros países para hacer embargos de estos bienes a contribuyentes con deudas con Hacienda.

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