Si como muchos opinan, el Carnaval comienza con el inicio del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas y muere el domingo denominado como Carnaval Chiquito o de los Jartibles, acaba de echar el cerrojo una Fiesta que ha durado un total de 45 días. Tipos, grupos, coplas y poca vergüenza durante 45 días, que se dice pronto.
No queriendo apagar el fuego con gasolina, y ya que la Bruja Piti no prendió ni ardió cuando hubo de hacerlo, es de entender que se molesten los cofrades de condición pues este día de Jartibles de Momo y su Carnaval Chiquito se ha desarrollado tan metido en Cuaresma como el cazón se mete en el adobo, como la galleta en el café con leche o tan metido como la pata de los ministros de Rajoy, que no de Vera Luque, en los asuntos que tocan.
Así el patio, en un día más propio del verano que de la inminente primavera que acecha, las calles se llenaron de gentes ansiosas de Carnaval, aunque en menor medida que en otras ocasiones. No en vano, bastaba con asomar la mirada de las Puertas de Tierra hacia Cortadura y se podía comprobar el llenazo en bares y terrazas, así como la playa, que si bien no registró un lleno histórico, sí hubo gran cantidad de gaditanos y visitantes que prefirieron la música del rumor de las olas al taratachero al tres por cuatro, que es dos por cuatro cada dos por tres.
Buen Ambiente desde La Viña al Pópulo pasando por Catedral, San Agustín o Sagasta, donde los aficionados arrinconaban a las agrupaciones que apuraban, sorbo a sorbo, las últimas letras de un repertorio cantado en presencia de público durante tres fines de semana en el caso de los grupos callejeros y 45 días en caso de ser agrupaciones oficiales que estrenaron sus coplas en el Templo de los ladrillos coloraos.
Uno de los acontecimientos que más polémica ha suscitado desde el pasado Domingo de Piñata y durante la semana era el anuncio de la repetición de una Procesión Magna Carnavalera, tal y como los grupos involucrados en ella lo bautizaron, para este Carnaval Chiquito, algo que si bien no escandalizó tanto como se podía prever, a pesar de los detractores con los que contaba, sí contó a su paso con un saetero de excepción llamado Rancapino.
Los grupos Dejad que los hombres se acerquen a mí, La sesión golfa y algunos más con sus respectivas cruces a cuestas, se dieron el gusto de procesionar por Cádiz, pero sin andares carnavaleros, eso sí. Que cada cual saque su conclusión sobre dónde acaba la libertad de expresión y donde comienza la irreverencia y las ganas de molestar y ofender a los defensores de la Semana Santa y que opinan que la Cuaresma arranca el Miércoles de Ceniza.
Una jornada, en fin, ideal para salir a pasear en familia o con amigos, con poco abrigo y muchas ganas de diversión.
Coplas y copas, risas y juerga, ahora sí que sí se verán sucedidas por el aroma de incienso, sobre un suelo encerado y bajo la luz de cirios. Y el jolgorio se tornará recogimiento a la voz de “va el primero”.
