La tarde de domingo, con granizada incluida en algunas zonas de Arcos, declinó en el pregón oficial de Semana Santa pronunciado por nuestro compañero José Antonio Benítez en el colegio La Salle, al que volvería con su pañoleta puesta en sentido figurado, como espíritu de una exaltación que encontró en sus primeros compases un emotivo recuerdo al centro educativo donde estudió la Educación General Básica en los setenta y donde formó parte del desaparecido grupo de boys scouts en el que encontró un estilo de vida.
“Fue aquí, en el colegio La Salle, donde empecé a amar la naturaleza de la mano de aquellos desaparecidos boys scouts y donde hicimos del escultismo nuestra ilusión de niños exploradores. Fue aquí, en este colegio, donde agarrado a tu pañoleta y anudado con un vallestrinque donde descubrí que Dios está en la naturaleza. Buscando su belleza y su perfección escalamos montañas, Caíllos y Endrinales; cruzamos ríos y pinsapares; a veces lo encontrábamos en medio del fuego que calentaba nuestro campamento, en las sierras más abruptas y en los caminos más recónditos.
Pero nunca nos dábamos cuenta que ese Dios, realmente, no estaba en la cumbre, ni en las nubes, ni en el infinito cielo estrellado que con tanta precisión describía el hermano Lorenzo en una inolvidable noche junto al río de Benamahoma, sino entre nosotros mismos, iluminando nuestras cosas de chavales, preparándonos para ser hombres en la vida. Dios estaba allí, entre nuestras risas inocentes, en medio de nuestra ingenuidad, vigilando nuestros egoísmos. Él, junto a los hermanos Celerino y José Antonio, era nuestro verdadero Akela, que para nosotros, los boys scouts, significa guía”.
A partir de ahí, el pregonero fue describiendo sentimientos y sensaciones de cada una de las hermandades de penitencia que en unos días escenificarán su mensaje cristiano por las calles de Arcos. Al principio, por la alegre estampa de Cristo Rey en un radiante Domingo de Ramos hasta la noche del mismo día, donde en Arcos comienza la pasión con el Cristo del Prendimiento. Para Él, una de sus primeras incursiones líricas: “La luna al fondo/ Cristo baila un vals/ Penas nazarenas/ No son de rezar./ La luna de fondo/ A tu Amor me así/Por la Corredera/ Te besé y vendí/”.
Una saeta de ‘cantarrana’
A estas alturas, el pregón tomó un cariz familiar para describir la ligazón de su familia con las cofradías arcenses, particularmente con la de las Tres Caídas y San Antonio. También pidió por la paz en el mundo ante el avance de las guerras y las injusticias, momento en que irrumpió la voz del cantaor arcense Manolo Cantarrana para dedicar una de sus legendarias saetas a María Santísima de la Paz.
El redactor de este periódico se detuvo a propósito de la tarde del Jueves Santo en la iglesia de San Juan de Dios, escenario de partida de la que todos conocen como Veracruz: “Tarde de Jueves Santo. Un hombre sale de una hospitalaria iglesia que custodian monjas que cuidan de personas discapacitadas, olvidadas en muchas ocasiones por la sociedad y por sus propias familias, abocadas al encuentro con Dios sólo apretando la mano de una religiosa que le presta su último adiós. La Madre de las Angustias mostrará el sudario de su Hijo ya muerto que tal vez haya utilizado antes para vendar una herida de las que se curan en San Juan de Dios.”.
Durante su recorrido por las procesiones y hermandades, Benítez hizo un inciso para recordar al cronista oficial de Arcos, fallecido en marzo del pasado año. Para Pérez Regordán tuvo palabras cariñosas y la redición de una historia de los armaos de los años veinte del siglo pasado.
Asimismo, el pregonero, como un enamorado más de su bello pueblo, piropeó el marco donde se escenifica la Semana Santa: “Seguro que la virtud de la Semana Santa de Arcos no sería la misma sin el marco en que se plasma. La ciudad presta todo su encanto no sólo a ésta, sino a otras celebraciones que curiosamente mucho tienen de cristianismo en su origen y sentido: Belén Viviente y otros actos navideños, Cruces de Mayo, procesión de la patrona o Corpus Christi...”.
La resurrección
Como le pidieron, el pregonero cantó especialmente a la resurrección de Cristo: “Ahora sí huele a azahares,/ Que ha resucitado Dios,/Que no hay final sin principio,/Ni principio sin Amor. /Y es que cristos hay muchos/Y todos son de verdad,/Porque en todos goza el alma/Remansos de luz y paz./Lo busco en las procesiones,/En mi hermano buscaré,/Y aunque me afane y desvele/Tres veces lo negaré./Cristo de las Tres Caídas,/En la casa de mis padres/Ponnos tus manos encima./Virgen Madre de la Paz,/Arrulla a este Dulce Nombre/Que lo van a torturar./Quiero ser Perdón el Miércoles/Y el Domingo Prendimiento,/El jueves quiero ser verde/Y el Viernes ser Nazareno./Ser niño en el Barrio Bajo/Y pedirle a Cristo Rey/Por la salud de los niños./Y después del Santo Entierro/Quiero ser niño de nuevas,/Y pasarme por La Salle/Con mi pañoleta puesta”.
Sus últimas palabras fueron: “Éste ha sido mi pregón/ Pido perdón si he faltado./Sólo he puesto la emoción/Y mi memoria de hombre/Que le tiembla el corazón./Sólo he querido contaros/Mi asombro ante la Pasión/De un inocente que asume Su Muerte y Resurrección./Su Muerte y Resurrección/Porque tanta penitencia/No tiene ningún valor/Si no esperamos el premio/De un día gozar de Dios”.
Así terminó el pregón de este año, con un canto a la esperanza en Cristo. En los prolegómenos del acto también intervino José María Castañeda, pregonero del pasado año, trasladado junto a su esposa desde San Fernando para la ocasión. Y es que el Consejo aprovechó para repartir un ejemplar del pregón del isleño editado por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento. La alcaldesa, que enmarcó el pregón como el acto más notable previo a la Semana Santa, hizo entrega al pregonero de un bello grabado de Guerra Calle inspirado en el Cerro de la Reina, al igual que el Consejo agasajó al pregonero con un bonito pergamino obra de Santiago Delgado Macías.
Gran presencia de las hermandades
La presidencia del acto quedó compuesta por la alcaldesa de la ciudad, Josefa Caro; el delegado diocesano en la Sierra, Manuel Romano; el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Manuel Camarena; el vicepresidente del mismo órgano y padre del pregonero, Andrés Benítez; y el presentador del pregonero y colaborador de Arcos Información, Salvador Hueso Sañudo. El último confesó que la presentación era su primera intervención ante un público tan numeroso, pero el cariño con que pronunció sus palabras hacia el pregonero suplió con éxito la inexperiencia. Entre el público se encontraron otras autoridades y personalidades de la vida religiosa de la ciudad, como el delegado de Cultura, Rafael Barrios, y el sacerdote don Manuel Rodríguez Salas, así como una nutrida representación de las cofradías de Arcos y gran parte de la familia del pregonero.
El acto, emitido en directo por Radio Arcos y grabado íntegramente por Sierravisión, encontró un pequeño accidente en el corte del fluido eléctrico que provocó que el pregonero se quedara sin megafonía, pero, como si tal cosa, subió un tono su voz para seguir pronunciando su exaltación. Fue la anécdota de una velada de acusado tinte familiar, como el pregonero quería.