PRECURSORES DE INTERNET EN EL CAMPO DE GIBRALTAR

Parece que siempre las brillantes iniciativas se producen lejos, muy lejos de donde vivimos. No siempre es así. Las posibilidades de conectar ordenadores, y de esta forma mejorar las comunicaciones entre las personas, se percibieron, con mucha claridad en el Campo de Gibraltar,  años antes de que existiera Internet.
Al inicio de este proceso, a mediados de los años 80, mediante unos aparatos llamados Modem (modulador demodulador), que convertían en sonido las señales electrónicas de los ordenadores, pudieron, utilizando la red telefónica, conectarse entre ellos.  Se requería una línea telefónica, electricidad para alimentar el modem y al ordenador y conocer un protocolo de comunicaciones que permitiera esto.
Pero las llamadas telefónicas eras costosas, ya que se marcaban números de teléfonos provinciales, nacionales o internacionales. También era necesario formalizar contratos, no baratos por cierto, con empresas de servicios, como Arrakis, o la misma Telefónica, que ofrecían el servicio de trasmisión de datos, además de voz. La informática llegó a los centros educativos públicos y con ella las posibilidades de conectar al alumnado con un mundo de conocimientos que se estaba construyendo poco a poco. Pero el costo era enorme para las posibilidades económicas de los centros educativos. Además, se venía desarrollando, desde hacía varias décadas, experiencias de la  llamada “correspondencia escolar”, que permitía a alumnado de varios centros compartir experiencias de aprendizaje. La comunicación mediante ordenadores se convertía en un medio instantáneo de para la mencionada correspondencia. 
Un equipo de profesores, de centros públicos, entre los que figuraban Eugenio Juarez Clavín, en Cádiz, José Luis Fuentes, en la Línea, José María  Gómez Vallecillo en Jimena y Rafael Fenoy en Algeciras, desarrollaron, utilizando un protocolo de comunicaciones, que experimentaba la asociación de radioaficionados en colaboración con el ejército, que permitía la conexión de módems con emisoras y receptores de radio, un proyecto de comunicaciones en red que, utilizando ondas hercianas, evitaba los costo de telefonía. Precisamente las posibilidades del desarrollo a gran escala de proyectos de este tipo, coincidieron con la llegada de Internet. Era evidente que el uso público del espacio radiofónico, reducirían el poder de los enormes monopolios de las multinacionales de la telefonía. Lo cierto es que la irrupción  de Internet y el abaratamiento de costos telefónicos aparcaron estas interesantes experiencias. Sin duda deberían mantenerse al menos en la reserva, mejorando esa tecnología, por si en algún momento fallara a gran escala la red de satélites que soporta internet. Pero esto es ¿ciencia ficción?
Fdo Rafael Fenoy Rico   Comunicación Educación CGT