La Casa de la Cultura de Herrera acogió la semana pasada una conferencia bilingüe sobre la figura enigmática de Ricardo III. Se trata de una actividad enmarcada en la presente edición del Verano Cultural e integrada, a su vez, en el programa cultural mancomunado CYSUR 2014. Un proyecto pionero en el participan nueve municipios de la Sierra Sur y la Campiña sevillanas.
La conferencia fue impartida por el Dr. Patrick Clay, Director del Servicio de Arqueología de la Universidad de Leicester afincado en Lora de Estepa, y traducida por Carlos Cañavate. La presentación estuvo centrada en el reciente descubrimiento (en septiembre de 2012) de los restos de Ricardo III, el último rey Plantagenet de Inglaterra.
Clay describió de forma detallada el proceso de este asombroso hallazgo que fue posible gracias a un equipo de investigadores de la Universidad de Leicester –del que él mismo formó parte– y que constituye uno de los descubrimientos arqueológicos más relevantes de los últimos tiempos.
Los restos del último rey de la casa York fueron encontrados en el subsuelo de un aparcamiento de la ciudad de Leicester (Inglaterra), lugar en el que se erigía una iglesia en la que fueron depositados los restos del monarca tras su muerte en la batalla de Bosworth. Después de varios meses de investigaciones, los científicos lograron confirmar que, efectivamente, el esqueleto hallado correspondía a Ricardo III.
Uno de los aspectos más curiosos y casi increíbles de la investigación corresponde a la fase de identificación del ADN. Para ello, fue necesario rastrear la genealogía de Ana York, hermana de Ricardo, en busca de un descendiente vivo con el que poder comparar el ADN extraído de los huesos encontrados. Y así fue como un carpintero canadiense que pertenece a la decimoséptima generación de la hermana del monarca se convirtió en una pieza clave de la investigación.
Además de los aspectos científicos de este sorprendente descubrimiento, durante la presentación se planteó también por qué este rey, cuyo reinado duró sólo dos años, se ha convertido en una figura emblemática a nivel internacional y se valoró hasta qué punto es cierto el retrato que hizo de él Shakespeare, quien lo describió como un tirano monstruoso.