Supermercados Covirán sigue trazando en su historia una trayectoria de éxito. Actualmente ocupa el segundo puesto en el ranking nacional de distribución alimentaria por número de establecimientos (cuenta con 3.245 tiendas repartidas por la gegografía española) y el noveno puesto por número de metros cuadrados de sala de ventas (497.712 en total). Esta capacidad de la red de supermercados de Covirán hace posible una de las claves de su negocio: el traslado a zonas rurales que no suelen estar cubiertas por los grandes grupos de la distribución.
En cuanto al volumen de negocio, esta compañía con sede en Granada superó en 2013 los 600 millones de euros, y el año pasado facuró 618 millones. Para el cierre del actual ejercicio espera mantener su ritmo de crecimiento.
Cuenta con casi 3.000 socios, y da empleo a cerca de 15.000 personas. Tiene 27 plataformas logísticas y se ha expandido también a zonas de Portugal, donde cuenta con tres establecimientos.
En lo que va de año, esta cooperativa granadina y sus dirigentes han recibido diversos premios en reconocimiento a su trayectoria.
En concreto, Luis Osuna, Consejero delegado de Covirán, ha sido galardonado con el Premio Ejecutivo de Andalucía 2015 por la revista Andalucía Económica en sus XIV premios empresariales. Y la Fundación Covirán también ha recibido el Premio Asepeyo 2015 por la mejor práctica preventiva. Además, Covirán ha sido merecedora de uno de los Premios Solidarios ONCE Andalucía 2015 que convoca el Consejo Territorial de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla y que se entregarán el próximo 22 de octubre en Sevilla.
Recientes aperturas
Durante los últimos meses, la expansión de Covirán no ha tenido vacaciones. El inicio del verano lo inauguró con la apertura de dos supermercados en la provincia de Badajoz, que se suman a los 120 supermercados que la enseña ya tiene en la comunidad extremeña. A finales de julio también abrió una nueva tienda en Toledo; y por último ha abierto otro supermercado en la provincia de Huelva.
Mercados. Con la vista puesta en Asia
Un otoño muy caliente. Eso es lo que sin duda están pronosticando todos los analistas financieros de las principales casas de bolsa de Europa y Estados Unidos. Los mercados bursátiles han experimentado un final de verano muy convulso, fundamentalmente como consecuencia de la más que preocupante situación en China, la que hoy es la segunda economía del mundo y que en una década se convertirá en la principal plaza financiera del planeta.
Aunque los datos del país asiático, comparativamente al resto de economías occidentales son muy positivos, la realidad es que China, que ha crecido a un ritmo de dos dígitos en la última década, está sufriendo una paulatina desaceleración, y ha descendido sus cifras de PIB hasta el 6 por ciento, datos que son preocupantes para los inversores internacionales, especialmente los europeos.
De hecho, el gobierno chino se ha visto obligado a devaluar en dos ocasiones su modena. La consecuencia inmediata, caídas generales en las bolsas de todo el mundo.