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Una comitiva madrileña visita la muestra de Roldán en el Vázquez Díaz de Nerva

Está compuesta por familiares y amigos del artista nervense Modesto Roldán, y representantes políticos de los municipios madrileños de Navalagamella y Valdemorillo

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  • Comitiva madrileña -

Una representación compuesta por familiares y amigos del artista nervense Modesto Roldán, y representantes políticos de los municipios madrileños de Navalagamella y Valdemorillo, visitaron este fin de semana la exposición que el pintor, afincado en Madrid durante sus últimos años de vida, muestra en el museo Vázquez Díaz de Nerva hasta el 20 de septiembre.

Según ha informado Juan A. Hipólito, de Onda Minera, tanto la comitiva madrileña, de la que formaban parte: al exmujer del artista, Ilka Matt; la exalcaldesa de Navalagamella, Laura Blázquez; y la responsable de Cultura de la agrupación socialista de Valdemorillo, Pilar Hiruela, como sus anfitriones en tierras mineras: el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez; el concejal de Cultura, Isidoro Durán; y el director del museo Vázquez Díaz, Juan Alfonso Barba, coincidieron en destacar la necesidad de aunar esfuerzos y trabajar de forma conjunta a favor del reconocimiento de uno de los artistas más olvidados a nivel nacional.

Roldan no sólo ha sido uno de los grandes pintores del surrealismo del pasado siglo, “uno de los más grandes del S. XX del oro español”, según Raúl del Pozo, sino uno de los máximos exponentes de la cultura de la que la localidad minera puede hacer gala. Escritores de la talla de Francisco Umbral y Camilo José Cela alabaron su técnica y estilo. Para el primero, “tres temas o fidelidades hacen de Roldán el último surrealista de Europa, y por tanto el más apasionante de estudiar, como todas las especies en extinción”; mientras que para el segundo, “Modesto Roldán es la pintura en cueros, en los puros cueros que existen no más que para ser pintados con ese pincel que los dioses reparten con muy calculada cicatería”.

Fue un pintor de inquietante personalidad creadora en la que el erotismo, el misterio y el dramatismo estaban muy presentes en toda su obra. Antes de marcharse para siempre en junio del año pasado, Roldán prometió “volver enseguida”, tal y como se podía leer en el cartelito que dejaba colgado en la puerta de su casa madrileña cada vez que salía, y regresó pasado un año y pocos meses con toda la fuerza de su obra en la localidad que lo vio nacer en 1926.

La exposición muestra en Nerva una treintena de obras de uno de los maestros de la pintura erótica-surrealista internacional con identidad propia de la que gozan colecciones privadas y museos repartidos por medio mundo, como el museo del Erotismo en Paris, el Arte Moderno en Ostende (Bélgica), el de la Legión de Honor en San Francisco (Estados Unidos), la Fundación Veranneman en Kuishouten (Bélgica), el museo de Sabañanigo en Huesca (España), y el Centro de Arte Moderno y Contemporáneo Daniel Vázquez Díaz de Nerva en Huelva.

La mujer constituye en la vida de Roldán el aliciente principal de su vida, convirtiéndose en el eje motor de su impresionante obra pictórica. Su pintura se centró en el desnudo, al cual puso pasión geométrica.

ARTISTA DE IDA Y VUELTA

Modesto Pérez García, Roldán, adoptó este seudónimo, abreviatura del segundo apellido de su madre, Rondana, que por deformación en la pronunciación se transformó en Roldana, como muestra del profundo amor y respeto que sentía hacia ella.

Roldán ya mostraba en su adolescencia un interés desmesurado por la cultura. Era un asiduo de los ateneos de la época, de las bibliotecas de sociedades. Comenzó a tener sus primeros escarceos literarios a muy temprana esas y se convirtió en un profundo devorador de libros. Tanto es así, que a sus 19 años ya había leído a todos los clásicos españoles.

Su primera salida de Nerva la hace para cumplir el servicio militar en Barcelona, junto al pintor José Manuel Pascual, allá por el año 1947. Años más tarde, tras pasar por diferentes ciudades del mundo y sortear innumerables obstáculos, dio el salto a París, asfixiado por el ambiente intelectual que se vivía en la España de la dictadura franquista. Allí, en la ciudad de la luz, donde residió durante tres décadas, nació el Roldán artista.

Vivió en diferentes ciudades europeas pero fue, sobre todo, en París donde llegó a exponer, codo a codo, con los más grandes de la pintura contemporánea. La plaza du Tertre en Montparnasse fue fiel testigo de sus primeros retratos al grafito, dando rienda suelta a su verdadera pasión. Pasó por la academia de la Grande Chumiere, donde aprendió los rudimentos de la pintura y el dibujo. Aunque en el fondo no dejó de ser un autodidacta que, indagaba, leía, estudiaba, observaba, y, fundamentalmente, aprendía junto a: Picasso, Dalí, Henry Miller, Apollinaire, Bretón.

Con el paso del tiempo, Roldán no sólo se convirtió en uno de los grandes pintores del surrealismo del siglo pasado, sino en uno de los máximos exponentes de la cultura de la que Nerva puede hacer gala.

Los últimos años de su vida transcurrieron en el municipio de Navalagamella, Madrid, donde sus vecinos le profesan un profundo y admirado reconocimiento. El fallecimiento de este insigne artista hace poco más de un año supuso para Nerva la pérdida de uno de sus grandes pintores de los últimos tiempos.

El pleno del Ayuntamiento de la localidad minera concedió a Modesto Roldán el galardón Torre de Nerva a Título Póstumo en agosto del año pasado, coincidiendo con la celebración de la festividad de la Villa, como reconocimiento a su incesante trayectoria pictórica y su fecunda e inigualable obra.

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