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Alierta deja la presidencia de Telefónica en manos de Álvarez-Pallete

Sin "pelos en la lengua", Alierta se ha caracterizado en su última etapa por criticar duramente a las compañías que operan únicamente por internet, como, por ejemplo, Google o Facebook, a las que acusa de no invertir en el desarrollo de las redes de telecomunicaciones

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César Alierta abandona la presidencia de Telefónica tras casi 16 años al frente de una de las mayores operadoras de telecomunicaciones del mundo, que deja en manos de José María Álvarez-Pallete, ahora consejero delegado y que sonaba como sucesor desde hace años.

Está previsto que el nombramiento de Álvarez-Pallete reciba el visto bueno del consejo de administración de Telefónica el próximo 8 de abril, cuando se cerrará un proceso de "sucesión ordenada" iniciado en 2012, cuando Alierta designó a su delfín consejero delegado.

Según ha informado hoy Telefónica en un comunicado, Alierta que seguirá formando parte del consejo de administración de la compañía y asumirá la presidencia de Fundación Telefónica, considera que Álvarez-Pallete es "el directivo más preparado para afrontar con éxito los retos que impone la revolución digital".

Alierta, que asumió la presidencia de Telefónica en julio de 2000 en sustitución de Juan Carlos Villalonga, deja tras de sí una compañía más internacional, con presencia en 21 países, y con la vista puesta en la convergencia y en mercados como España, Alemania o Brasil, por los que ha apostado con fuerza en los últimos años en detrimento de otros como Italia o Reino Unido.

Sin "pelos en la lengua", Alierta se ha caracterizado en su última etapa por criticar duramente a las compañías que operan únicamente por internet, como, por ejemplo, Google o Facebook, a las que acusa de no invertir en el desarrollo de las redes de telecomunicaciones.

Además, ha abanderado la apuesta por la convergencia o lo que es lo mismo, porque una misma operadora ofrezca en un sólo paquete telefonía fija y móvil, junto a internet y televisión de pago, lo que ha llevado a movimientos de concentración en el sector, como los protagonizados en España por Vodafone y Ono y Orange y Jazztel.

Aragonés, reservado, poco amigo de entrevistas y de intervenciones públicas, Alierta, que inició sus pasos en el sector financiero, ha dedicado la mitad de su vida profesional a dirigir Tabacalera y Telefónica.

Nacido en Zaragoza en 1945, es licenciado en derecho por la Universidad de Zaragoza y Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Columbia (Nueva York) en 1970.

Alierta llegó al mundo empresarial de la mano de José María Aznar, quien como presidente del Gobierno lo eligió para dirigir la entonces empresa pública Tabacalera, que fue privatizada bajo su mandato y a la que posteriormente fusionó con la francesa Seita, dando lugar a Altadis, que presidió hasta julio de 2000.

De su etapa en Tabacalera, arrastró un proceso en el que se le acusó de uso de información privilegiada en la compra de acciones de la compañía en 1997, juicio que se cerró en 2009 en la Audiencia Provincial que le absolvió por haber prescrito el delito.

En el plano laboral, bajo su mandato, Telefónica, con 125.000 empleados en todo el mundo, ha abordado dos expedientes de regulación de empleo que afectaron a 20.000 trabajadores.

En cuanto a la acción y su rentabilidad, la empresa ha señalado hoy que el retorno total al accionista ha sido del 120 % con 40.000 millones en dividendos desde el año 1999.

Si miramos solo al precio de la acción, que hoy se movía en 9,8 euros, superaba los 10 euros al inicio de marzo de 2000 y rozaba los 18 euros a finales de julio de 2000, en meses ya de la denominada burbuja de las puntocom.

Alierta, que en 2015 recibió unas remuneraciones de 8,7 millones, cambió en 2014 su blindaje por una aportación extraordinaria y única de 35,5 millones de euros a su plan de pensiones.

En los últimos años, Alierta, dueño de más de 5 millones de acciones de Telefónica, ha sido también la cabeza visible del Consejo Empresarial para la Competitividad formado por las 17 mayores empresas españolas y que, según sus propias palabras, le tocó presidir porque su apellido empieza por "a".

Por su parte, Álvarez-Pallete acumula más de 17 años de experiencia en la operadora, los tres últimos de ellos como consejero delegado.

Nacido en Madrid en 1963 y licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, con sólo 35 años se incorporó a Telefónica como director general de Finanzas de Telefónica Internacional.

Meses más tarde, pasó a ocupar la Dirección General de Finanzas Corporativas y en 2002, con Alierta ya presidente de la compañía, fue designado presidente de Telefónica Internacional.

Posteriormente, accedió a la presidencia de Telefónica Latinoamérica, cargo que ocupó hasta su nombramiento como presidente ejecutivo de Telefónica Europa en 2011.

Corredor empedernido de maratones y muy implicado en los temas solidarios de la operadora, Álvarez-Pallete deberá dar continuidad a la estrategia emprendida por Telefónica para hacer frente a la "feroz competencia" que ha llevado al sector a perder ingresos de forma constante en los últimos años.

Además, tendrá que dar solución a uno de los problemas que más acucian a Telefónica, su elevado endeudamiento, que a cierre de 2015 rozaba los 50.000 millones de euros.

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