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Andalucía

Un concierto convierte el centro de Cádiz en un macrobotellón

Jóvenes borrachos tirados en las aceras, "cascadas de orina", botellas y plásticos, invadieron el centro de Cádiz con motivo de un concierto en el Muelle Ciudad

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  • Así quedó San Juan de Dios -

…Y el centro de la ciudad se convirtió en un macrobotellón. El motivo, la excusa fue la asistencia de miles de jóvenes tanto de la capital misma como de distintas localidades de la provincia, a la gira Maxima Open Air, cadena de radio del Grupo Prisa, que concluyó su periplo en Cádiz, concretamente en el Muelle Ciudad con acceso libre y gratuito.

Cientos, miles de jóvenes llegaron al centro de la ciudad, a la plaza de San Juan de Dios y sus alrededores. Y allí, desde últimas horas del atardecer, se vivió un caos descomunal, que dio paso a un reguero de jóvenes intoxicados por el alcohol y en algunos casos rozando el coma etílico. Los vecinos de la zona comenzaron a llamar a la policía, sobre todo alarmados por chavales que orinaban en plena calle, en cualquier portal, en la plaza más a mano. Y sobre todo, alarmados por contemplar a chavales tirados sobre la acera. Son varias las fuentes que relataron a este medio que tras llamar a la policía, agentes les respondían que estaban desbordados porque no era ni mucho menos la primera llamada que recibían para denunciar la misma situación.

Este concierto siempre se solía celebrar en la playa aunque debido al parecer el fuerte viento de Levante hizo que se modificara su ubicación.


El concierto, que contó con la presencia de importantes DJs, obtuvo un éxito rotundo de asistencia, aunque fuera del propio recinto en sí, la situación se desbordó.

Tal y como señalan fuentes cercanas a la Policía Local, "hubo varias llamadas de vecinos quejándose, siete de ellas por intoxicaciones etílicas, todas de menores de edad". También una hubo llamada por actos vandálicos en la Plaza Vargas Ponce, así como otra del servicio municipal de limpieza alertando de que un grupo de unas diez personas estaban increpando a los trabajadores del servicio mientras realizan su labor". La Policía Local indica que a las 04.30 horas de la madrugada quedó despejada la zona.

Testigos que estaban en la zona nos indican que incluso voluntarios de organizaciones dedicadas a repartir comida y bebidas calientes a las personas sin hogar, han tenido que echar una mano para ayudar a algún que otro joven en estado de embriaguez.

Comensales que estaban en la céntrica calle Mendizábal también nos relatan esperpénticas imágenes de desmadre y falta de higiene. Por otro lado, un taxista que estaba en la parada de la Estación, confirma que muchos jóvenes de localidades vecinas ya llegaban “medio borrachos”. 

Y es que junto a los que llegaron en tren y en Cercanías, también están los cientos de jóvenes que llegaron a Cádiz en autobuses que partieron de distintos pueblos de la provincia. 

Así nos relata lo acontecido un vecino de la zona con el que habló este medio ayer noche justo después de llegar a su casa, la cual está cerca del Ayuntamiento: "Me he encontrado a unos 50 chavales y chavalas, todos borrachos, meando ellos y ellas en cualquier escalón, puerta, pared, contenedor de basura… ahora mismo la calle Merced es una cascada de meados ¡Increíble! Con una poca vergüenza horrorosa… he llamado a la Policía Local para que manden un coche por aquí porque se van a hartar de poner multas, porque es un ‘bastinazo’ lo que hay aquí… pero el agente me contesta que lo siente mucho pero que ahora mismo están desbordados, que están llamando vecinos de todas las calles, de Canalejas, comas etílicos en la calle Nueva… el policía me dice que no sabe a quién se le ha ocurrido montar este concierto e invitar a tanta chavalería… están desbordados, recibiendo llamadas para que vayan a atender a chavales que están tirados en las aceras… y es que ahora mismo al lado de mi calle, junto al centro de salud de la Merced hay un tío de unos 16 años tirado en la calle medio muerto. De verdad, una barbaridad”.

Y es que lo debía haber sido un concierto para cerrar la gira Maxima Open Air, organizado por una cadena de radio, acabó por desmadrarse en las calles del centro próximas al puerto y a San Juan de Dios, así que el centro de la ciudad se convirtió en un macrobotellón. 

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