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Andalucía

"La Junta debe facilitar que Andalucía capte más potencia renovable"

Alfonso Vargas, presidente del clúster renovable andaluz Claner, cree que hay muchos proyectos bien preparados para optar a la subasta del Gobierno central

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  • “En la nueva subasta de potencia verde Andalucía puede lograr 750Mw eólicos”
  • “La Junta prepara un decreto para dejar sin efecto los concursos eólicos que hizo en 2008 y 2012”
  • “Quiero ampliar la base de socios de Claner hacia tecnologías que están poco representadas”

Pregunta. Ocupa el cargo desde octubre del año pasado. ¿Con qué metas llega a la presidencia de Claner?

Respuesta. Iniciamos efectivamente una nueva etapa. Después de casi 15 años como asociación patronal Aprean, y después de la gran labor desarrollada por mi antecesor, Mariano Barroso, pues iniciamos una nueva etapa. Hemos vivido unos años en los que hubo una primera etapa de gran crecimiento de las renovables en toda España, y en los últimos tres o cuatro años una travesía del desierto. Desde Claner pensamos que llega una nueva etapa, la reforma energética ha culminado en lo que a renovables se refiere  y lo que queremos es capitanear esta nueva etapa. Quizá con otro modelo de organización, sabiendo que va a haber crecimiento pero que va a ser más sostenido, no tan rápido como a principios de siglo. Y, por supuesto, intentaremos seguir siendo el interlocutor ante la administración fundamentalmente, y ante otros agentes. Lo que espero personalmente es aglutinar a la mayor cantidad de socios posible desde otras tecnologías distintas a las que hemos conformado la patronal, que eran eólica y en menor medida fotovoltaica. Y creo que lo estamos consiguiendo, en este último año hemos incorporado bastantes socios. Alguno que se quedó por el camino en estos años de crisis queremos que vuelva también. Y quedan nuevos retos, no sólo las energías renovables, sino la eficiencia energética o el autoconsumo.

P. Tras constituirse el Gobierno central, se ha anunciado un nuevo proceso de subasta de hasta 3.000 megavatios de nueva potencia renovable, tras la del año pasado que se hizo a modo de ensayo. ¿En qué situación está el sector para afrontar estas subastas? ¿Es este el sistema más adecuado para desarrollar las energías renovables?


R. En 2013 ya se establecieron las bases de las nuevas reglas del juego. Desgraciadamente también se establecieron otras que afectaban a lo que ya estaba funcionando, la denominada retroactividad, que se sustanciará en las instancias judiciales que sean. Ahora es el momento de apartar eso, mirar al futuro, hay un marco que nos gustará más o menos pero es el que hay. Y en él se recogen las subastas, con concurrencia mediante sistemas competitivos. El sector está preparado. En la última de 2016, para 500 Mw eólicos se presentaron 4.000: si se han presentado tantos es porque estaban maduros en ese momento. Estos años el sector ha estado esperando. La nueva potencia encaja claramente con la planificación que ha hecho el ministerio de aquí a 2020. En este plazo el Gobierno prevé que se instalarán entre 4.000 y 6.000 megavatios para cumplir los objetivos de Bruselas. En 2016 quizá se hizo un ensayo con poca potencia para ver cómo respondía el mercado. Y ahora se ha anunciado esta de 3.000, hace una semana recibimos los borradores que regularán esta nueva subasta. Desde el sector es una demanda común que haya unos requisitos que acoten un poco más los proyectos que se van a adjudicar. La obligación del ministerio de Energía es velar por reducir los costes del sistema y por que la energía que acceda a la retribución se la más eficiente posible. En esos borradores se atisban ciertos requisitos, como que se tenga que identificar los proyectos que era algo que antes no ocurría. Posiblemente esos requisitos podrían ser más amplios, como por ejemplo respecto al punto de conexión a la red, que es el verdadero cuello de botella. En este sentido, se da la paradoja de que en 2013 se fijaron las bases de la nueva reforma, luego una ley nueva del sector eléctrico, en 2014 salieron las retribuciones previstas y han pasado casi tres años más. ¿Qué ocurre? Se fijaron determinadas reglas en esa reforma energética que se antojan obsoletas hoy, como por ejemplo que los puntos de conexión anteriores a la ley caduquen en cinco años. Eso significa diciembre de 2018. Y la subasta pretende que los parques se construyan hasta final de 2019. En paralelo, la reforma de la evaluación ambiental extendió la vida de las declaraciones de impacto hasta final de 2019. Aquí estaríamos en el límite, pero una subasta que se celebrara el año que viene nos dejaría fuera. Son desajustes que estará en la mente del legislador corregir, pero que hay que reclamar. El propio borrador habla de la posibilidad de hacer más de una subasta entre esos 3.000 megavatios, será una subasta multitecnología.

P. En Andalucía hay un mix de tecnologías renovables muy importante. De esos 3.000 megavatios, ¿cuántos podrían acabar ejecutándose aquí?

R. La estimación más sencilla es que se podría mantener la cuota de participación de Andalucía dentro de España. El consumo de energía de fuentes renovables en España es superior a la media europea, pero Andalucía está tres o cuatro puntos por encima de España. Quizá por determinados desajustes en los concursos eólicos convocados por la Junta llegamos un poco tarde y no representamos la cuota que deberíamos representar. Es difícil hacer una estimación. En los dos concursos eólicos regionales se priorizaron 500 y 1.000 megavatios, respectivamente. Y no ha construido prácticamente ninguno. Todos ellos tienen derecho de acceso y conexión a la red, aunque quizá alguno haya caído por el camino por motivos ambientales u otros. Aún contando con que el 50% de esos megavatios no logren potencia en la subasta, estaríamos hablando de 750 megavatios sólo en eólica. Y en fotovoltaica me consta que hay bastantes proyectos, macroproyectos de más de 100 megavatios, en varias provincias, que pueden sumar otros mil megavatios. Y en un grado de desarrollo administrativo bastante avanzado. Luego cada promotor juega sus cartas. Entre 1.500 y 2.000 megavatios entre eólica y fotovoltaica, a los que puede sumarse alguna planta termosolar o de biomasa, están bien preparados para optar a esos 3.000, aunque probablemente no nos vayamos a llevar en Andalucía la mitad de toda la potencia.

P. El sector renovable, además de la promoción de plantas, en Andalucía se intentó al menos que fuera un sector tractor de la industria. En los concursos citados los promotores que se comprometieran a hacer inversiones industriales ganaban puntos. Desde Claner, ¿con esta recuperación más pausada del sector pensáis que habrá oportunidades de inversión industrial ligada a las renovables?

R. Yo creo que sí, que habrá oportunidades industriales. Vendrá como algo natural ligado a que hagamos instalaciones de energías renovables. En el momento en que se convocaron los concursos, era un momento de crecimiento. Pero tuvimos mala suerte: el primer se adjudicó un día antes de que el Gobierno central estableciera el prerregistro de asignación de instalaciones renovables, que exigía tener un punto de conexión y los 500 megavatios del concurso no lo tenían, sólo habían sido priorizados; y el segundo se resolvió un día antes de que se aprobara el parón en las renovables en 2012. Eso ha quedado olvidado y la propia regulación energética nueva prohíbe los concursos, que navegaban en un limbo legal pese a lo que dicen los estatutos de autonomía de cada región. Y, en segundo lugar, la retribución a la producción renovable se fija según una serie de puntos entre los que no figura la inversión en lo que no sea la propia instalación, así que con mi central renovable y su famosa rentabilidad razonable no voy a poder recuperar la inversión industrial. Estos concursos están así por morir y la propia Junta está a punto de sacar un decreto en el que abre la puerta a que los promotores que quieran salir de ese concurso lo hagan, recuperen sus avales, y hagan una tramitación ordinaria por decirlo así. ¿Qué ocurrirá a partir de ahora? Lo que pedimos a la Junta es que no nos frene, vamos a intentar superar barreras de tramitación que tenemos, y si somos rápidos estaremos bien colocados cara a la subasta. Las empresas tienen proyectos en toda España, si queremos que se queden en Andalucía démosles todas las facilidades. Si aquí tenemos más megavatios que en otros lugares, será más fácil atraer fábricas que suministren. Aparte de la política de incentivos industriales de cada comunidad. Se cerraron las que había porque dejó de haber actividad. También se abrieron fábricas en toda España, ya que concursos ha habido concursos en muchas comunidades. Y eso derivó por ejemplo en que había dos fábricas de palas a menos de 100 kilómetros, y eso no es sostenible.

P. Sorprende la actividad de la eólica marina en otros países de Europa. ¿Para cuándo en España y cómo de importante es para Claner a la luz de los proyectos que había planteados por Acciona, Endesa u otros promotores en Cádiz?

R. Evidentemente le damos la misma importancia que al resto de tecnologías. Y uno de los objetivos que me marco es incluir en Claner a esa tecnología que no estaba representada. Como pasa con la biomasa: Andalucía y biomasa son sinónimos, especialmente en torno a la actividad agropecuaria del olivar. Con la eólica marina, ¿qué ha pasado? Tuvo un inicial desarrollo en los años en los que parecía que íbamos a demandar ese tipo de energía. Pero es una energía más cara que la eólica en tierra. El Gobierno hizo bien, se planificó por áreas, se vislumbraba un concurso para adjudicar parques, en torno al Cabo de Trafalgar se generaron ciertos proyectos… Pero ocurrió, primero, que hubo una oposición social importante. Y, segundo, la crisis, que hizo que la demanda comenzara a bajar. Y no necesitas tanta energía. Si tenemos aún 4.000 megavatios que podemos hacer en tierra, que me cuestan la mitad de los que pueda hacer en el mar, es evidente que será algo a desarrollar a medio plazo. Pero también es cierto que tenemos una industria potente en Andalucía y podemos dar servicio a otros proyectos que se desarrollen fuera de España.

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