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El Real Mallorca saca petróleo ante un Valladolid muy superior

Un Mallorca rácano sacó petróleo de su visita a Zorrilla, dado que consiguió un esperanzador gol de penalti en una de sus escasas aproximaciones, ante un Valladolid que se mostró superior en todo momento, pero que tendrá que esperar a la vuelta en el Ono Stadi para sellar su pase a siguiente ronda.

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  • El delantero guineano del Mallorca Keita (d) pelea por el control del balón con el defensa del Valladolid Barragán. -
Un Mallorca rácano sacó petróleo de su visita a Zorrilla, dado que consiguió un esperanzador gol de penalti en una de sus escasas aproximaciones, ante un Valladolid que se mostró superior en todo momento, pero que tendrá que esperar a la vuelta en el Ono Stadi para sellar su pase a la siguiente ronda.

Los dos técnicos plantaron sobre el césped de Zorrilla dos alineaciones novedosas, para, de este modo, brindar la oportunidad de demostrar sus virtudes a jugadores que suelen contar con menos minutos en la Liga.


José Luis Mendilibar apostó por un once inédito dispuesto sobre un esquema de juego completamente diferente al 4-2-3-1 que suele emplear, el cual se transformó en un 4-3-3.

Así las cosas, el Real Valladolid comenzó el choque impetuoso, con ganas de asestar el primer golpe, el que deja la marca más dura. En este sentido, encontró el hueco a la salida de un córner botado en corto para, en el minuto 3 del choque, batir al meta israelí Dudu Aouate.

César Arzo recogió un balón peinado por el angoleño Manucho para fusilar al guardameta israelí en el corazón del área. Un tanto que no hizo espabilar a un Mallorca que seguía dormitando, demasiado atrincherado y con el ariete Keita en una isla.

Al conjunto de Gregorio Manzano le quemaba el balón en sus botas y no conseguía inquietar a la zaga vallisoletana, solvente y acompasada en sus movimientos. Mientras, los jugadores de ataque del Valladolid, comandados por un extramotivado Manucho, presionaban con generosidad, impidiendo así cualquier movimiento trenzado del bloque mallorquín.

El achique de los blanquivioletas estaba siendo perfecto, así como su voluntad en el control del tempo de la contienda, dado que eternizaba sus posesiones hasta encontrar la mejor fórmula.

En una de éstas, Alberto Bueno regateó a dos adversarios en la frontal del área hasta acomodar un disparo que se marchó por alto.

El Mallorca estaba agazapado y esperaba su ocasión al contragolpe. Y la tuvo, puesto que, cuando faltaban escasos minutos para llegar a la media hora del partido, Keita cazó un balón largo y se plantó solo delante de Fabricio.

Pero Barragán le empujó por detrás e Iturralde González señaló una pena máxima que transformó con templanza Martí para devolver la igualada al electrónico.

Un tanto que animó levemente al Mallorca, que empezó a mostrarse más agresivo en la contención, aunque seguía sin muchas luces en las transiciones ofensivas. Al mismo tiempo, al Valladolid se le iba apagando el entusiasmo inicial y reclamaba el camino a los vestuarios para oxigenarse.

En la reanudación, el once vallisoletano volvía a apostar por el mismo patrón del primer período, aunque con menos fluidez por el desgaste, ante un Mallorca al que se le veía cómodo en la racanería en la que estaba sumido.

Los minutos avanzaban y la escuadra local se empezaba a contagiar del conformismo bermellón, por lo que el tedio más irritante se instaló en el José Zorrilla.

Mendilibar veía que su equipo no estaba tan engrasado como en el primer período, por eso introdujo a Nauzet y Marquitos con el fin de hacer sufrir a los laterales del Real Mallorca y buscar otras variantes a las exhibidas con anterioridad.

Mientras, en el Mallorca, Gregorio Manzano, introdujo a Borja Valero en la medular para dotar de mayor criterio a los fugaces ataques de su equipo. Inmediatamente después, y por el bando local, también salió Diego Costa en sustitución de un torpe Manucho.

El brasileño se ofreció y movió por el ancho de la lanza de ataque y fue el artífice del segundo tanto blanquivioleta tras recoger un pase de la muerte de Nauzet. Controló, engatilló y cruzó el balón haciendo inútil la estirada de Aouate.

Este tanto obligó al Mallorca a estirarse y a buscar la igualada a base de balones en largo a Webó, quien se topó en dos ocasiones con Fabricio.

Así, no obtuvo su generoso premio, pero al menos consiguió un tanto que le otorga muchas opciones para el encuentro de vuelta en el Ono Stadi.

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