Lamentablemente, el nuevo año ha dado inicio en la ciudad con un nuevo y consecutivo aumento del desempleo. En esta ocasión, las cifras del mes de diciembre dejan 53 personas más paradas, con lo cual la cifra pasa de los 4.836 desempleados de noviembre a los 4.889 del último mes del año.
En esta ocasión, el desempleo se cebó contra los hombres, que aumentan las cifras de parados hasta los 1.881 frente a los 1.803 del mes anterior. El dato afecta a los menores de 25 años, a la capa de población que se sitúa entre los 25 y 44 años y a los mayores de 45. En lo que respecta al sexo femenino, baja el desempleo, de 3.033 a 3.008 mujeres. Como dato negativo en este segmento poblacional, solo aumentó el paro entre las mayores de 45 años.
Sectores laborales
Por sectores laborales, bajó el paro en la agricultura (de 337 a 317 parados), aumentó en industria (de 171 a 184), como también creció en la construcción (de 690 a 788), pero descendió en servicios (de 3.309 a 3.275 parados). En este sentido, el de la construcción es el que parece haber sufrido más el parón de las fiestas navideñas, mientras que servicios apunta a una cierta recuperación, posiblemente debido a la contratación extraordinaria de las fiestas navideñas en los negocios de hostelería.
Seguridad Social
En cuanto a los datos de afiliación al sistema público de la Seguridad Social, Arcos registra 7.052 altas, de las que 3.804 se producen en el régimen general, 1.883 en el agrario y 43 en hogar. La ciudad cuenta con 1.322 autónomos. Las cifras apenas se mueven en esta dirección, salvo en los sectores más tradicionales y susceptibles de los vaivenes de los contratos. De hecho, hace años que Arcos de la Frontera registra curiosamente entre 50 y 43 altas en hogar, cuando queda suficientemente demostrado que cientos de personas se dedican a las tareas de cuidado en hogares ajenos. Sin embargo, en este punto especialmente, la ciudad arrastra de una historia negra que pone de manifiesto el escasísimo reconocimiento hacia los trabajadores y trabajadoras de hogar, que suelen estar entre los peor remunerados de la sociedad.
