El pintor de Arcos Alfonso Guerra Calle falleció el pasado viernes, 28 de febrero, poco después de haber recibido del Ayuntamiento la medalla de la ciudad y el galardón a la Trayectoria en la gala institucional del Día de Andalucía. Su familia recogió el testigo mientras el artista se debatía entre la vida y la muerte en el hospital de Jerez. No pudo superar una enfermedad que le sobrevino casi de golpe, no dejándole apenas tiempo para disfrutar de su última exposición en Ronda y del homenaje que su ciudad natal le brindó con todo merecimiento.
Alfonso Guerra Calle, nacido en la barriada rural de la Junta de los Ríos en 1950, ha sido sin duda alguna uno de los artistas locales con mayor proyección. Estudió Bellas Artes en Madrid, ciudad donde ha permanecido durante más de cuarenta años y donde se ha forjado como pintor. Sin embargo, nunca ha olvidado su tierra, sus paisajes y sus gentes; como diría el poeta y amigo Pedro Sevilla, dibujando la luz de septiembre sobre las cosechas y a las gentes del campo que tanto inspiraron su obra. La última exposición del pintor ido que pudo disfrutar Arcos fue la compuesta por una magnífica colección de cuadros dedicados a la Sierra de Cádiz, a los Pueblos Blancos que tanto amaba y de los que buscaba siempre su lado más auténtico.
El funeral por su alma tuvo lugar el sábado en la parroquia de San Francisco, cuando medio Arcos se disponía para vivir con alegría sus fiestas de Carnaval: cosas del destino.
También la providencia, la casualidad o el fatal destino quisieron que el pintor fuera homenajeado por el escritor Antonio Murciano en la última sección de ‘Antología’ del semanario ‘Viva Arcos’ con unos versos elegidos por el también poeta Jorge de Arco, y que venían a decir: “Aquí está el campo de mi Andalucía,/ labrado en ti, ya preso entre tus redes;/ fruto de tu pincel, tú le concedes/ troje y parva al sudor del mediodía./ Paleta sembradora de armonía,/ ahonda el empaste y cuelga mis paredes/ de verde y oro, tú, maestro, puedes/ rociar de pintura la poesía./ Guardián de lo más puro y sur, te asomas/ a nuestra Peña y sueltas tus palomas,/ mientras siegan al sol nuestras mujeres./ Florezca en ti el mundo que viviste/ siendo modelo fiel de lo que fuiste,/ pintor niño de ayer, hoy hombre eres./ (Sí hombre, sí, el menor de Antonio Guerra,/ el niño de la Junta de los Ríos,/ el pincel con más tierra de mi tierra,/ dibujador de mis escalofríos...).
Descanse en paz Alfonso Guerra Calle.