suelo sobre un gran charco de sangre.
Según fuentes de la Comisaría Provincial de Málaga, el aviso telefónico entró a las 3.45 horas de la madrugada y se informó de la presencia de un hombre en el suelo y sangrando en la calle Garzón, muy cerca de su confluencia con la calle Lucena.
Siete minutos tardó en llegar una primera dotación policial, según las imágenes de seguridad de un establecimiento cercano. Tras la confirmación de los hechos y la rápida presencia de los sanitarios, éstos no pudieron hacer nada por salvar la vida a la víctima, que había perdido mucha sangre. Según fuentes cercanas a la investigación, el cuerpo presentaba al menos dos puñaladas, la más grave en el abdomen, y portaba una pistola de balines.
Una rigurosa batida de los agentes fructificó en la calle Diego Ponce, perpendicular a la vía donde estaba el cadáver, donde los agentes localizaron un cuchillo en el descansillo rejado de una tienda de ropa.
Los agentes acordonaron la zona y esperaron la llegada de la propietaria del local para que abriera la cancela y así poder coger el arma.
Según la propietaria del establecimiento, se trataba de un cuchillo grande con una hoja que superaba los veinte centímetros y que habían arrojado desde la calle.
La zona donde fue hallado el cadáver permaneció acordonada por la policía hasta las nueve de la mañana aproximadamente, hasta que el juez que se hizo cargo del caso decretó el levantamiento del cadáver. Aunque las investigaciones siguen abiertas, fuentes policiales aseguraron ayer que el agresor fue identificado poco después de los hechos, aunque oficialmente no quisieron confirmar su detención. Al parecer, tanto el sospechoso como el fallecido son viejos conocidos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Incluso, las fuentes aseguraron que ambos habían protagonizado varios incidentes, uno de ellos bastante reciente, el pasado lunes, dos días antes del suceso.