Las enfermedades cardiovasculares se llevan por delante muchas más vidas que el Covid y el cáncer. La enfermera gaditana Juana Delgado Pacheco está convencida de que serían muchísimas menos si la población adoptara hábitos saludables como levar una dieta sana, rica y variada o practicara ejercicio, con ayuda de los profesionales. A ello ha dedicado su dilatada trayectoria profesional, que repasó este lunes en La Orilla, el programa de 7TV que dirige y presenta Pedro Espinosa, y cuyo colofón lo pone el reconocimiento de la ciudad de Cádiz con su nombramiento como Hija Predilecta.
Cuando se enteró, “me dio un subidón”, admite. Y si bien se muestra muy agradecida, comparte con el doctor Enrique Otero los méritos atribuidos para la distinción porque, sin él, apunta, no habría sido posible poner en marca la Unidad de Prevención Secundaria y Rehabilitación Cardiaca del Puerta del Mar en 2010.
También considera que fue clave, dos años antes, su paso por el centro de salud de la Merced, donde abordó la enfermería desde otro prisma y terminó de granjearse las simpatías de los usuarios que destacan su atención cercana, su dedicación, cariño y afecto”.
No en vano, cuando Pedro Espinosa le preguntó qué es lo que le gustaba de la profesión que ejerció hasta 2019, Delgado Pacheco no dudó en responder “cuidar y quitar los miedos”.
Al respecto, remarca que, cuando una persona sufre un accidente cardiovascular, no hay que olvidar que “trabajas con un paciente, no con un número o un diagnóstico; es una persona que, si rascas un poco, tiene sus angustias”, porque tenían un empleo o hacían deporte y temen que sus vidas cambien definitivamente.
Lo primero, dice, es no culparle, sino acompañarle para, una vez superada la crisis, evite los factores de riesgo y recupere poco a poco la normalidad en su cotidianeidad. Delgado Pacheco ha dedicado sus esfuerzos a ello desde el hospital y por medio de la Asociación Trébol de Corazones, fundada por un grupo de afectados “valientes” que cada año, desde 2013 y de manera ininterrumpida, salvo durante la pandemia, se marcan un reto anual: cubrir en torno a 100 kilómetros del Camino de Santiago.
Ahora han vuelto a organizar el viaje, con más de una treintena de personas que podrán sustituir los malos recuerdos por los buenos ratos de convivencia que atesorarán durante doce días, acompañados de otras tres enfermeras jubiladas, como ella, y, sobre todo, por la satisfacción de la superación.
