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Abogan por poner precio a las emisiones de CO2 que genera el turismo

Poner precio a las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el turismo puede ser una de las soluciones para disminuir su impacto en el calentamiento global y, a la vez, minimizar los efectos de este fenómeno en el sector.

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Poner precio a las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el turismo puede ser una de las soluciones para disminuir su impacto en el calentamiento global y, a la vez, minimizar los efectos de este fenómeno en el sector.

Esta es una de las conclusiones del libro Cambio climático y turismo: realidad y ficción, en que el 40 expertos internacionales convocados por la Organización Mundial del Turismo (OMT) analizan la relación entre el calentamiento global y el futuro de un sector que genera un cinco por ciento de la emisiones de dióxido de carbono (CO2).

El profesor de la Universidad de Valencia Eduardo Fayos-Solá, coordinador del libro, subrayó que el turismo es “un vector” del cambio climático, pero también “una víctima”, dada la “altísima” dependencia de la actividad turística respecto de la estabilidad climática y meteorológica (ausencia de fenómenos extremos).

Las predicciones de los científicos que apuntan hacia un aumento de la temperatura media global de la tierra o el aumento del nivel de los océanos tendrá un impacto directo en el turismo, en especial en el de playa y en el de nieve.

España será uno de los países más afectados, al igual que todo el área mediterránea, según ha señalado el profesor de la Universidad de Valencia Fernando Sapiña, uno de los autores del libro, quien ha precisado que “aunque no estamos hablando del fin del mundo”, los fenómenos meteorológicos extremos por efecto del cambio climático serán “continuados, persistentes e insidiosos”.

El profesor Fayos-Solá ha advertido de que “estamos asistiendo al entierro de la edad de la inocencia en el turismo; esa era en la que creíamos que el turismo resolvería todo, que no tendría impactos, que no consumía espacio y no tenía costes ambientales”. “El libro es un chorro de agua fría sobre esto”, según este profesor, secretario ejecutivo del Consejo de Educación y Ciencia de la OMT.

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