Cambio de chip total en el equipo amarillo, que debe desbloquearse mentalmente, sobre todo fuera de casa, para apurar sus opciones de disputar la fase de ascenso.
El cambio de entrenador parecía algo necesario para al menos intentar motivar a una plantilla que cuando juega lejos del Carranza no es ni una sombra de lo que demuestra al hacerlo como local.
Por ello, la salida de Raúl Agné ha dado paso a un Antonio Calderón que ya trabajó este miércoles por la mañana y fue presentado posteriormente en la sala de prensa del estadio Carranza.
Regresa el gaditano a su casa con “mucha más experiencia” de la que tenía la primera vez que dirigió al equipo, un equipo en el que lo había sido todo como futbolista.
Pero no llega para cumplir el trámite, sino que lo hace cargado de ilusión y convencido de que disputar la fase de ascenso es posible. “Posibilidades las veo todas, si no no estaría aquí”, afirma con seguridad el nuevo jefe del banquillo cadista, optimista y ambicioso al pensar que es posible ganar los ocho partidos de liga que faltan.
No quiere distraer al grupo, que sólo atenderá a la prensa en las ruedas habituales, por lo que deja a un lado las especulaciones sobre pinchazos rivales: “No podemos marearnos, sí hacer bien nuestro trabajo y ver dónde estamos”.
“El reto de subir al equipo de mi ciudad a Segunda División” es la principal motivación de Antonio Calderón, seguro de que se puede “abrir una etapa importante”, a la que llega “ilusionado y motivado”, justo lo que necesita un equipo en horas bajas y bloqueado mentalmente.