Una facción del PSOE andaluz le está enseñando el colmillo a la dirección regional. Comenzó a hacerlo hace tiempo, casi en silencio para sortear la rigidez de un aparato que aplaude en público el debate interno pero en privado reprocha las disensiones. Ahora las diferencias con la doctrina oficial que emana de la sede de San Vicente afloran porque el partido se ha abierto en canal entre quienes censuran los métodos que acabaron con Pedro Sánchez y quienes los acatan, entre los que digerirán a regañadientes la abstención en la investidura de Rajoy y quienes resisten aún en la trinchera del no.
Las rebeliones más sonoras se han dejado oír en Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra por el peso del PSOE sevillano en la organización y el origen de la propia Susana Díaz, pero no son las únicas. Además de la mediática recogida de firmas que abandera el alcalde de Jun para forzar ya un congreso extraordinario hay rincones de Andalucía donde, a cuentagotas, las asambleas locales convocadas para en teoría “debatir” sobre la fractura interna del partido han acabado en duras críticas a la dirección regional. Con resoluciones o sin ellas.
Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en el extremo oriental de Andalucía. La reunión convocada a finales de la pasada semana en Almería terminó, tras un intenso intercambio de argumentos, en la petición de la mayoría de voces que tomaron la palabra de que se consulte a la militancia si finalmente hay orden de acatar la abstención.
En esa misma provincia otra pequeña agrupación, la de Pulpí, quizás haya sido la más contundente. En un escrito fechado hace una semana y firmado por su secretario general, Ramón Pérez Navarro, se pone en conocimiento de la dirección territorial que “manifestamos, por unanimidad, nuestro voto NO a la investidura de un Gobierno del PP como muestra de nuestro rechazo a sus políticas”. El perfil de Facebook de la agrupación local lo corrobora: en sus últimas entradas difunde artículos en los que Miquel Iceta, Odón Elorza y Margarita Robles detallan por qué se resisten a la abstención.
Ha habido contestación en otras provincias. En Fuengirola la asamblea local concluyó “que sea la militancia la que tenga la última palabra” y que se permita votar la posición final que se adopte respecto a la investidura de Mariano Rajoy. Más explícito fue hace días el líder del partido en el municipio, Javier García León. “Unas terceras elecciones son mejores que permitir que gobierne Rajoy”, sentenció durante un debate organizado en una televisión local.
Otra de las reuniones se celebró en Jerez, aunque con escasa participación de los militantes (apenas un 10% del censo). A favor de la línea oficial intervinieron la secretaria general Míriam Alconchel e Isabel Armario, integrante de la Ejecutiva regional. La mayoría de las intervenciones, relatan quienes estuvieron presentes, fueron en contra de la abstención. En las puertas de la sede incluso se recogieron firmas para respaldar al alcalde de Jun.
“Malestar, pero sin voto”
Salvo en casos concretos como el de Dos Hermanas, el de Alcalá de Guadaíra o el citado de Pulpí, el acalorado debate concluye sin resolución alguna. “Se detecta el malestar en esas asambleas informativas, pero no se vota. Los militantes toman la palabra, pero no hay ninguna resolución”, asume uno de los pilares del sector crítico del PSOE en Andalucía. ¿Servirá entonces de algo la protesta? “Veremos si somos capaces de pararla [la abstención], porque Susana Díaz va a por todas”, añade la misma fuente.
Ante ese runrún la dirección regional toma nota pero prefiere pasar de puntillas. “Es una situación tan compleja, inédita, que es entendible que en las agrupaciones haya debate. Confío en que salgamos fortalecidos”, aseguraba este lunes Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE-A, en Ondaluz TV.
Podemos e IU encuentran un filón
Podemos e IU se frotan las manos porque creen que la decisión del PSOE-A de desbloquear la investidura de Rajoy les entrega la bandera de la izquierda. La secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, afeó a Susana Díaz este martes que “entregue el voto de los andaluces” al PP y le reprochó que lleve “11 meses enredando y minando la formación de un Gobierno de progreso”. El coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, fue aún más contundente: “Al PSOE se le debería caer la cara de vergüenza”.