El rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Pinilla, y la vicerrectora de Política Científica y Tecnológica, María Jesús Mosquera, han presentado, junto al coordinador de la iniciativa, el profesor Alejandro Pérez, el proyecto Emprendimiento
Azul y diversificación económica en la marisma y litoral en el siglo XXI: nuevos retos y oportunidades, presentada con éxito a la convocatoria Impulsa del Programa Empleaverde 2020 de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de donde ha obtenido la financiación necesaria para su puesta en marcha y compartido junto a la Universidad de Murcia. El acto ha contado con la presencia de los alcaldes de Chiclana de la Frontera y Trebujena, José María Román y José David Rodríguez –respectivamente-, así como con representantes de municipios de la Bahía de Cádiz, de la Junta de Andalucía, de la Fundación Biodiversidad y de sectores socioeconómicos vinculados con la actividad del mismo.
El proyecto quiere aportar el marco más adecuado de formación teórico-práctica a los emprendedores para que en el siglo XXI puedan mejorar su cualificación y afrontar el reto de la economía azul con los recursos endógenos del territorio. Para ello, el programa de acciones previsto pivota sobre tres ámbitos principales: la realización de cursos de formación sobre la economía azul y los desafíos y oportunidades que los espacios naturales litorales ofrecen, el acompañamiento a futuros emprendedores para que puedan poner en marcha proyectos empresariales innovadores y sostenibles y la cesión de diferentes espacios en la Salina La Esperanza para la prueba experimental de los productos con los que validar la idea de negocio.
De este modo, el objetivo general de las acciones formativas es cualificar a nuevos emprendedores sobre las oportunidades innovadoras que ofrecen los espacios naturales costero-litorales, muy singularmente en la Bahía de Cádiz, para adaptarse al siglo XXI.
En este sentido, el proyecto supone una ayuda en la dinamización de nuestro territorio, propiciando la formación y actualización tanto de personas en paro como empresarios en activo, ayudando al emprendimiento y facilitando la creación de nuevos empleos. Una acción que se incluye dentro de la estrategia de la Universidad de Cádiz para potenciar el conocimiento y la innovación en estos espacios, ya que la marisma y las zonas costeras constituyen una amplia franja territorial en nuestra provincia que requieren de estudio, formación, innovación y emprendimiento para afrontar en pleno siglo XXI los nuevos retos y oportunidades de nuestro entorno.
Este proyecto, en palabras del rector de la UCA, “es un reflejo de la apuesta de la Universidad de Cádiz por un nuevo modelo productivo más inteligente, integral y sostenible”, así como “una propuesta comprometida con las potencialidades del entorno y con la singularidad de nuestras salinas” con el objetivo de potenciar su revalorización y nuevos usos para, de este modo, “aportar el marco más adecuado de formación teórico-práctica a los emprendedores para que puedan estar mejor preparados a la hora de afrontar el reto de la diversificación de la economía azul” en un ámbito tan tradicional y singular de nuestro entorno como las salinas. Un sector, ha precisado, que “necesita reinventarse, adaptarse a los nuevos tiempos e innovarse. Y es aquí donde entran en juego la responsabilidad y las aportaciones de la Universidad y de nuestro Campus de Excelencia Internacional del Mar, impulsor en Andalucía, junto a la UCA, de una estrategia compartida y comprometida a favor de la Economía Azul”.
En opinión de Francisco Piniella, “la marisma y las salinas son, para la UCA, un nuevo reto y una gran oportunidad si conseguimos generar una formación suficientemente amplia que dirija y capacite a nuevos emprendedores, egresados y empresas hacia usos diversificados que permitan desarrollar la economía azul en estos espacios”.
Por su parte, la vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la UCA ha subrayado la importancia de la transferencia porque la “universidad debe ser un motor del desarrollo del entorno” y, ése es, precisamente un objetivo prioritario de la Universidad de Cádiz ya que las instituciones universitarias “son lugares para el desarrollo del territorio”. De todo ello, ha precisado, “es de lo que va el proyecto que hoy presentamos”. De hecho, “este Centro de Transferencia Empresarial El Olivillo –donde se ha realizado el acto- queremos convertirlo en una antena de la investigación y la transferencia y de las relaciones directas, constantes y continuas” con todos los sectores.
En palabras del profesor Pérez Hurtado, coordinador del proyecto y que ha explicado los contenidos de las 13 acciones previstas, la posibilidad de poder desarrollarlo en el marco de las Salinas La Esperanza de la UCA supone aprovechar “un extraordinario laboratorio natural con una zona de apoyo a la investigación aplicada para solucionar problemas del entorno, con un servicio de divulgación con la idea de impulsar un turismo de vino-sal-estero, con un vivero de empresas concebido como una zona piloto para recuperar el medioambiente y también la economía a través, por ejemplo, del emprendimiento” con la finalidad, ha precisado, de “conseguir formación y empleo de calidad”. De esta forma, ha avanzado, “vamos a tener contactos con todos los ayuntamientos en las próximas semanas para presentar el proyecto, cuya gran acción es formar a nuevos emprendedores en este ámbito a través de un programa de cursos que queremos especializar según las necesidades de los municipios”.
La Universidad de Cádiz es la única universidad de Europa que tiene una concesión de salinas y esteros
. El pasado mes de septiembre se inauguraron los Servicios Centrales de Investigación en Salinas-Salinas la Esperanza de la UCA. Se trata de
un laboratorio natural, de 39 hectáreas, donde se realizan actividades investigadoras, educativas, turísticas, divulgativas y de emprendimiento en torno a la extracción de la sal y su ecosistema. En ellos, se ofrece un área experimental, un laboratorio natural al aire libre, en el que poder desarrollar investigación aplicada para la conservación y mejora de la biodiversidad; experiencias piloto en restauración y recuperación ambiental de salinas artesanales y recuperación de la cultura salinera; desarrollo de líneas innovadoras en productos asociados de alta rentabilidad económica; cultivos de microalgas y de salicornia; mejora de la producción de sal artesanal de calidad y flor de sal; así como el desarrollo de programas de educación ambiental, turismo activo, divulgación científica y formación especializada.
El diversificado potencial de servicios que ofrecen estas salinas está dirigido no solo a usuarios de la comunidad universitaria de la UCA (de forma transversal trascendiendo departamentos e institutos), sino también a otros organismos públicos y privados de investigación, innovación y desarrollo que estén interesados en ello, sin olvidar a todas aquellas empresas del sector, organismos de formación y enseñanza, asociaciones medioambientales y, por supuesto, a la población en general.