La apertura de la frontera marítima, pero no de la terrestre, genera que muchos marroquíes opten por esa ruta alternativa para viajar a Tánger
La recuperación de los enlaces marítimos entre España y Marruecos tras dos años abre la oportunidad para ir recuperando la relación entre ciudadanos de ambos países, aunque en el caso de los ceutíes, que continúan con la frontera terrestre cerrada, no es tan sencillo: tienen que coger dos barcos y pagar más de 100 euros por un billete de ida y vuelta.
Este viaje supone cambiar los 5 o 10 minutos que se tardaba en cruzar la frontera terrestre de Ceuta por otro desplazamiento de más de tres horas: una hora el barco Ceuta-Algeciras, una hora y media el Algeciras-Tánger, más el tiempo entre cada salida.
Muchos ceutíes tienen vínculos familiares con Marruecos o disponen de una segunda vivienda, por lo que están aprovechando la posibilidad, después e dos años, de viajar al país vecino.
Juan de Dios García, de la agencia Viajes Trujillo, una de las más importantes de la ciudad en este tipo de desplazamientos, ha dicho a EFE que entre ayer y hoy ya han vendido más de 50 viajes, sobre todo a familias que aprovechan los cuatro días festivos de la Semana Santa.
"Vale la pena el viaje. Llevamos dos años sin ver a nuestras familias y con la incertidumbre de la apertura o no de la frontera hemos optado por irnos estos días", ha manifestado a EFE Hassan Amar, un trabajador municipal que dispone de unos días libres en esta semana.
La travesía Algeciras-Tánger Med tiene una distancia de 37 kilómetros y es operada por la naviera Balearia, con cuatro salidas diarias y un precio de 38 euros por trayecto.
El trayecto Tarifa-Tánger Ville lo opera la naviera FRS con dos salidas al día, una duración de una hora y una distancia de 33 kilómetros, con un precio de 43,50 euros por persona y trayecto.
Los motivos de los viajes a Marruecos son fundamentalmente familiares y en algunos casos con la pérdida de seres queridos en estos dos años de cierre de la frontera.
"Es curioso que muchos viajan porque no han podido asistir a estos funerales", ha señalado Juan de Dios García, mientras que Abdelkader Mohamed relata el caso de un familiar, que ejercía como taxista en Ceuta, que falleció en el año 2020 en Marruecos y que está enterrado en Tetuán, a unos 40 kilómetros de la frontera ceutí.
El ceutí Alejandro García va a aprovechar estos días festivos para ir a Marruecos pero por otro motivo: "yo suelo viajar todos los años en moto hasta el desierto de Merzouga y cuando empezó la pandemia tuvimos que dejar las motocicletas en Castillejos", población marroquí distante dos kilómetros de la frontera.
Alejandro García viaja con otro amigo para comprobar el estado de sus dos motocicletas de gran cilindrada, que están en un garaje: "Vamos a ver su estado y me imagino que necesitarán algunos retoques después de tanto tiempo paradas".
Por su parte, fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta han dicho a Efe que la apertura de la frontera del Tarajal no es inminente, a pesar de que en las últimas horas se han producido muchos rumores sobre esta posibilidad.
Las fuentes gubernativas aluden a que siguen en marcha los trabajos de reforma del paso fronterizo para convertirla en una "frontera inteligente", lo que supondrá el reconocimiento facial de las personas que acceden por este puesto.