Ayer lunes se cumplieron 34 años desde que la Iglesia de Guadiaro se derrumbara instantes después de celebrar una Eucaristía a la que asistieron unas 500 personas. No hubo ningún herido, lo que se considera por los vecinos como un milagro.
Una misa y una posterior procesión de la Virgen fueron los actos que centraron la celebración, a la que asistieron los niños que este año han hecho la primera comunión, así como cientos de fieles. En los actos conmemorativos estuvo presente el teniente de alcalde del Valle del Guadiaro, Oscar Ledesma, y otros ediles.
Durante la misa, el párroco rememoró los acontecimientos de aquel año y dio gracias a Dios por salvar a todos las personas que ese día acudieron a la Iglesia.
El 29 de mayo de 1983, los 52 niños que hacían la Primera Comunión, así como el resto de personas que llenaban la antigua iglesia de Guadiaro no salían de su asombro al ver cómo la misma se derrumbaba apenas unos minutos después de que todos la abandonaran.
Como consecuencia del milagroso suceso en el que nadie resultó herido, los ciudadanos de la barriada guadiareña llevan todos los años por estas fechas en procesión a la Virgen de los Dolores por las calles de la barriada en agradecimiento.
La Iglesia se acababa de construir, y ese día se desarrolló la Eucaristía con total normalidad y cuando salió la última persona cayó el primer ladrillo y luego se derrumbó todo, quedando en pie tan sólo la Virgen y la luz encendida del Sagrario.