Francisco Galdón, el proveedor de Mengíbar que lleva en huelga de hambre tres semanas para exigir al constructor José María Soberino el pago de una deuda de 150.000 euros, encara su día número 22 con dos ingresos hospitalarios provocados por la falta de ingesta de alimentos.

El pasado jueves, los médicos del centro de salud de La Carolina ordenaron el traslado de Galdón al servicio de urgencias del hospital San Agustín de Linares, tras comprobar que los parámetros de tensión arterial y azúcar eran "muy bajos" y donde permaneció ingresado unas ocho horas tras recibir distinta medicación que restaurara los niveles normales, según ha señalado el proveedor en declaraciones a Europa Press.

"Los médicos han hablado seriamente conmigo y han intentado convencerme de que abandone la huelga, porque mi estado de salud está empezando a ser muy delicado y, al igual que ya han empezado a dolerme muchísimo los riñones, cada día que pase, tendré peor todos los órganos", ha declarado Galdón.

El proveedor continuaba su relato asegurando que "la juez de La Carolina ha enviado a la forense para que siga mi estado de salud y me ha hecho preguntas para comprobar mi estado de salud y, además, le ha pedido a mi mujer que envíe todos los partes del médico al juzgado para que puedan tener mi caso controlado".

La primera vez que Galdón fue llevado al hospital tuvo lugar el pasado día 22 de octubre, tras 12 días sin ingerir alimentos, y entonces, medios locales informaban de que lo habían ingresado "por orden de un juzgado, tras avisar un vecino de que no me encontraba bien y llegar la Policía Local y una ambulancia", aunque Galdón admitía que no había visto dicha orden judicial.

El próximo martes va a tener lugar en Málaga una reunión entre el representante de Galdón, Gil Beltrán, el promotor que le adeuda 150.000 euros al huelguista, José María Soberino, el abogado de los proveedores afectados y la entidad bancaria con la que se han realizado las negociaciones.

"Mis esperanzas están puestas en que el banco decida el martes liberar la cantidad que Soberino me adeuda, aunque no tiene ninguna obligación de hacerlo", aseguraba Galdón. "Si el banco me paga es porque tengan buen corazón, no porque estén obligados a hacerlo, pero yo en ellos es en los únicos en los que estoy esperanzado. Les he escrito rogándole de rodillas que intenten llegar a un acuerdo para que todo esto termine ya", apostillaba Galdón.