El viento de Levante fue más benóvolo con la hermandad de Chiclana y sopló con menos fuerza que el Domingo de Ramos.
En la jornada de este pasado lunes le ha tocado el turno a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de las Lágrimas y Esperanza, que partió de la parroquia de la Santísima Trinidad (San Telmo) a las seis de la tarde.
El Cristo de la Piedra -como se le conoce tradicionalmente- y la Virgen de las Lágrimas y Esperanza vieron como el viento de Levante fue más benévolo que en la jornada del Domingo de Ramos y permitió un mayor lucimiento a la cofradía chiclanera. Desde el momento que la cruz de guía apareció por las puertas de San Telmo ya se podían contar por centenar de personas las que acompañaron a Humildad y Paciencia a lo largo de su itinerario.
Una vez más los fieles seguidores de esta hermandad pudieron contemplar el paso de la procesión por lugares emblemáticos como la Carrera Oficial o la plaza Jesús del Nazareno.
Tras el paso de Cristo iba la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de Gracia llegada desde Carmona, mientras que el acompañamiento musical de la Virgen de las Lágrimas y Esperanza corrió a cargo de la Banda Municipal de Música Santísimo Cristo del Perdón de San José de la Rinconada.