Febrero es mes de encuestas. Más si como el presente es año previo a elecciones. Seguro municipales y europeas serán dentro de poco más de un año y generales y autonómicas habrá que ver intereses particulares para ver cuándo las fijan. En todo caso, encuestas asoman como setas en el campo tras las primeras lluvias. La del CIS de esta semana resalta algo que el ambiente político conoce a la perfección y es el desplome general del PP un poco por todas las razones juntas, estancamiento de un PSOE a quien el efecto Pedro Sánchez le ha durado poco y le deja más o menos donde estaba, que es en tierra de nadie, crecida notable de Ciudadanos por cuanto ofrece estética nueva y en sus mochilas no esconde piedras y caída de Podemos al ritmo de un mensaje de Iglesias cansino y, también, por aquello de que la recuperación económica le da menos opciones; su votante universitario se casa, tiene hijos, o encuentra un trabajo, aunque sea precario, y todo eso le hace más conservador, menos revolucionario. La vida es así, interesada. Por no hablar de estupideces del tipo de la última de su portavoz Irene Montero con eso de instar a decir "portavoza" para dar "visibilidad a las mujeres...". De verdad, qué nivel.
Tras la suspensión el pasado verano de la Egopa sin razón aparente salvo alguna de interés partidista, este mes se publicará la encuesta del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral (CAPDEA) de Andalucía y habrá, al menos, otro macro sondeo realizado por Publicaciones del Sur por provincias con más de seis muestras entre telefónicas y presenciales; todo ello dará, antes de que el mes finalice, una fotografía bastante exacta del pensamiento de la comunidad y sus provincias cuando el ciclo electoral está a la vuelta de la esquina y las diferentes formaciones midan estrategias para el asalto al votante.
La disputa más evidente está y estará entre PP y Ciudadanos, que ha logrado ubicarse en ese centro electoral donde más votantes hay y a donde tanto PP como PSOE siempre intentan acercarse con discursos moderados porque saben que los gobiernos pasan por el voto que anida en el centro y, en ese dilema, se debaten ahora los estrategas en comunicación política, de haberlos... En el centro campa a sus anchas la formación de Rivera, que tiene tan claro su desarrollo que para los comicios municipales no designará candidatos al menos hasta octubre o noviembre porque saben que deben tirar más de marca que de imágenes en carteles locales y, además, estos días están más en la idea de que vuelva a haber elecciones en Cataluña y para ellos eso es un trampolín vital. El PP ha iniciado una estrategia de ataque que irá a más porque Ciudadanos consume de su pesebre; habrá que ver si el PSOE decide moderar su discurso para ir a por el electorado que también pierde por el centro o, al contrario, radicaliza el tono en busca del descontento en Podemos. Los sabios, de haberlos, opinan que lo primero es lo más adecuado, ya que lo que se les fue por descontento hacia la formación morada tenderá a volver por sí solo. Si no todo, buena parte.
La cuestión es, al margen de todo, que existe una tendencia clara nacional política en estos instantes motivada por diversas cuestiones, Cataluña entre ellas, y nadie conoce con exactitud hasta qué punto esa tendencia afectará en los comicios municipales donde los candidatos locales suman o restan, según el caso. O ni una cosa ni la otra. Y hasta qué punto afectará la irrupción de Ciudadanos en el ámbito municipal por que por su posición política puede ser llave que propicie gobiernos locales de izquierdas o de derechas. Y esa es su auténtica fuerza.
En la provincia de Cádiz, las dos formaciones mayoritarias viven situaciones diferentes. Es el PP quien más dudas tiene, quizás fruto de esa eterna indefinición que promulga su presidente Rajoy que, como buen gallego, una vez tomada su decisión la deja reposar durante días y días. Antonio Sanz ha asegurado que antes de marzo estarán designados todos los candidatos y de momento tiene asuntos por resolver en Jerez, donde Pelayo no quiere ni muerta y será solo casi a la fuerza para alivio de Saldaña, El Puerto, donde tras cargarse a Alfonso Candón por su aventura en Irlanda cede mando a Germán Beardo y veremos si es éste candidato o busca en su pasado, Rota, Cádiz -Teo sí o Teo no-, La Línea, San Roque o Sanlúcar, donde pese a que Ana Mestre tiene montado un lío impresionante en su formación donde la mitad no acude a los plenos nadie parece discutir su candidatura por aquello de su cercanía con Juanma Moreno.
El PSOE menos problemas con sus candidatos, aunque no por ello menos líos. Tras los últimos congresos, y a pesar de las sonrisas y los besos, la situación de Cádiz o Jerez es, pese a la aparente calma, tensa porque todos saben que aunque no hablen de él, hay un problema que late lento y firme. Houston. Con Sanlúcar y Rota o Chiclana en calma, El Puerto es otro polvorín y más teniendo en cuenta que ese partido judicial es importante porque siempre tiene un diputado en el aire; De la Encina va de lío en lío y tira porque le toca y a su alrededor se está formando un conglomerado de formaciones en la idea principal de echarle. El último en sumar es Raúl Capdevila, que tras su etapa en el PP medita presentarse con un independiente para quitarle algún concejal al PP, que es lo mismo que hará Liaño en Rota por circunstancias similares. En el Campo de Gibraltar, el PSOE va mal en Algeciras y solo salva tipo en San Roque, mientras Ruiz Boix resista acometidas diversas que le sitúan siempre en el centro de todo... Cierto que en Tarifa se consolida el PSOE, mientras que en Los Barrios sale Jorge Romero, del PA porque firmó ante notario que solo estaría ocho años y aunque ya tiene roces con su sucesor, Alconchel, no iba a ser menos porque los tiene con todo el mundo, habrá que ver dónde encuentra acomodo y en la idea está.
Al margen de, ahora es tiempo de candidaturas. Sondeos primero para ver cómo está la cosa, alguno para tocar las narices como el realizado en una población gaditana de más de cien mil habitantes -es fácil...- donde con intención se pregunta por el alcalde y por su segundo y resulta que la valoración y resultado posible del segundo es mejor que la que ofrece el primero y el primero está que trina, obviamente, y el segundo escondido, asustado, diciendo que él no ha sido... Qué cosas.
La política no hace amigos. Ser amigo es un acto de tanta generosidad hacia el otro que es imposible verlo en este mundo y esto lo saben bien los ojos del gremio que hasta aquí hoy me han acompañado. Hace cómplices, UTEs, que son uniones temporales, socios, aliados de diversa índole, pero nunca amigos porque siempre hay demasiado interés personal de por medio. No es malo, quizás hasta en eso es extremadamente atrayente y, de hecho y a pesar de lo defenestrado del sector, nadie se sale, solo los que por falta de medida, apoyos o capacidad se quedan fuera. Y en eso se está ahora.
Bomarzo