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“Mi primera oficina que tuve en el Campo de Conil fue mi coche, en el R5”

Entrevista a Carmen Muñoz, quien estuvo al frente de la delegación municipal del Campo de Conil durante 20 años.

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  • Carmen Muñoz. -


Carmen Muñoz, política, madre de dos hijos y sobre todo muy humana. Muñoz no vuelve a estar al frente en primera línea en el panorama político de este municipio. Carmen Muñoz (IU), tras 20 años al frente de la delegación del Campo de Conil realiza una valoración positiva de su paso por esta Concejalía, la cual a partir de ahora, llevará las riendas  de las delegaciones de Desarrollo Económico, Campo y Monte Público,  la nueva edil María del Carmen García.

¿Qué valoración realiza tras 20 años al frente de la delegación municipal del Campo?
–Una valoración bastante positiva para el campo de Conil, tanto a nivel personal como profesional ha sido positiva. El Campo de Conil hace 20 años estaba falto de todo, desde infraestructuras, luz, problemas de agua....en definitiva los servicios básicos para vivir, y en estos  años ha habido un gran paso tanto cualitativo y cuantitativo en cuanto a su desarrollo.
Recuerdo que mi primera oficina era mi coche en el R5 [comenta entre risas]...en aquella época todo era nuevo, imaginate una mujer joven con dos hijos al frente de esta delegación...pasé el ‘quinario’, me pasaba todos los días y las noches trabajando por el Campo de Conil sin ninguna compensación económica ya que en aquella época no cobraban nada los concejales...la lucha fue constante por avanzar. La primera meta que nos planteamos fue el arreglo de algunos caminos para que pudiera pasar el autobús escolar. Los niños podían quedarse si llovía  días y días sin ir al colegio...había solamente por aquellos años una sola ruta escolar que tardaba más de hora y media en llegar los niños a colegio.Esos fueron los primeros presupuestos ‘participativos’ que hicimos en el Campo de Conil, porque todo era y ha sido consensuado y debatido con todos los vecinos del campo...nos reuníamos las asociaciones y colectivos de vecinos  para ver que zonas se iban asfaltando, y así fue año tras año. Siempre ha habido una compenetración total con los vecinos del campo de Conil. Siempre digo que el paso fue grande entre todos, porque estoy convencida que los políticos sin su pueblo no hacen nada...los políticos tienen que estar con todos los colectivos, siempre lo digo que cuanta más participación mejor. Soy una convencida de ello, donde todo el mundo participa y hace suyo el presupuesto. Otra de las metas fue la creación de una oficina en el Campo como es este salón multiusos; además de ir dando luz y servicios a muchos vecinos que no lo tenían...recuerdo un año que nos reuníamos con las asociaciones todos los días hasta bien entrada la madrugada para hacer 8 transformadores, imagínate.
Sin mis vecinos del campo no se hubiera podido hacer casi nada. He discutido a muerte miles de veces pero nunca en tema personal, sino en el tema de trabajo, y en eso he visto la nobleza de la gente del campo.

¿Cuál ha sido el momento más dulce durante estos 20 años?
–He tenido muchos momentos. Dulce es saber que el trabajo tiene una recompensa, aunque se pueda ver a largo plazo. Cuando echo la vista atrás, veo todo lo que se ha logrado en el campo de Conil, y eso es una gran satisfacción para mi.

¿Y el más amargo?
–El fuego en el pinar. Sufrí como si mi hubiese pasado a mi.  Se volvieron a sembrar 4000 pinos, palmas, acebuchinas...es un patrimonio que vamos a dejar a las futuras generaciones. Hubo que luchar mucho para que esos terrenos fuesen protegidos. El pinar es de todo el mundo.

¿Qué es lo que le ha quedado por hacer?
–Nunca voy a dejar de hacer. No quiero decir lo que me ha quedado por hacer porque voy a seguir haciéndolo en otra escala. Voy a estar como vecina participando en todos los colectivos vecinales del campo de Conil, toda mi experiencia la voy seguir aportando. 

Bajo su punto de vista, ¿es muy diferente el conileño de la mar  con el del campo?
–La gente del mar y del campo son muy similares. He vivido la mitad de mi vida en la puerta Cádiz y la otra mitad vivo en el campo. La gente de la mar es trabajadora y luchadora igual que la gente del campo. Pienso que son los dos trabajos más sacrificados que me he encontrado en la vida, la mar y el campo.

¿Qué mensaje le traslada a sus vecinos?
–Que sigan tan luchadores y tan honrados. Son gente noble, mis vecinos me han hecho ser más noble de lo que soy. n


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