Si hay algo en lo que la gran mayoría de personas (si no todas) estamos de acuerdo, es en que la labor educativa es uno de los pilares más importantes de nuestra sociedad. Contribuir al desarrollo del alumnado tanto en edades tempranas como posteriores es una función fundamental del profesorado. Tener una formación en aspectos imprescindibles como son las ciencias, el lenguaje, la literatura, la salud, el deporte, la música, el arte, la historia, es algo de vital importancia; pero, ¿qué ocurre con aspectos sociales que van más allá de las materias impartidas?

Como profesora de secundaria y tutora, los conflictos tanto dentro como fuera del aula son hechos que forman parte de la realidad del centro. Todos los profesionales que allí trabajamos junto con la participación de las familias, intentamos ayudar al alumnado a resolver esos conflictos para así crear un ambiente relajado y estable entre todos y todas. Sin embargo, ¿por qué no formar al alumnado para que sean ellos mismos los que también sepan lidiar con sus problemas en el día a día? El IES Los Molinos, así como el resto de centros educativos del municipio, participa de forma activa y con gran reconocimiento en el proyecto que propone la Junta de Andalucía “Escuela Espacio de Paz”. A través de este proyecto se pensó en una forma directa de poder enseñar al alumnado cómo resolver y atajar los conflictos, instaurándose así el taller del “Alumnado mediador”.

El taller del “Alumnado mediador” es un pequeño proyecto en el que estamos empezando a dar nuestros primeros pasos. Principalmente trata de seleccionar a una parte del alumnado que será formado en la adquisición de herramientas que les ayuden en la resolución de conflictos. Los alumnos y alumnas seleccionados serán un referente para el resto de sus compañeros, de manera que todos conocerán que pueden recurrir a estos estudiantes en caso de encontrarse con algún problema. Es una iniciativa muy interesante ya que, en ocasiones, nos resulta difícil a los profesores conocer todos los problemas, muchas veces por el simple hecho de que estos ocurren fuera del horario escolar y los propios alumnos no se sienten cómodos contándolo. Es por esto, que tener a un compañero, alguien de su edad como referente, hace que estos problemas tengan mucha más visibilidad y que, el alumnado mediador, a través de la formación que recibe, sea capaz de empatizar e intentar ayudar a resolver estas desavenencias.

Por tanto, a pesar de que,  como he señalado anteriormente, es un proyecto aún muy joven, ya podemos decir que está empezando a tener un impacto positivo. No solo porque apoya a aquellos alumnos y alumnas que puedan encontrarse en algún aprieto, sino también porque dota al alumnado mediador de una visión social y sensata, que les hace, a su vez, ser capaces de ponerse en el lugar del otro. Este proyecto fomenta, además, el compañerismo y ayuda a que el alumnado pueda abrir el prisma de su realidad, siendo consciente de que cada persona vivencia las experiencias a su manera, resaltando así la importancia de saber escuchar para poder ayudar.

Enseñemos en la teoría, en la base cultural que nuestro alumnado merece, pero también en la práctica; no nos olvidemos de intentar enseñar en lo social, en lo humano, en lo empático, en crear personas que sean capaces de enfrentarse a los problemas que les surjan desde una perspectiva madura y racional. Es así como, poco a poco,  conseguiremos dar pasos agigantados hacia una sociedad mejor.

 

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Alumnos del IES La Atalaya e IES Los Molinos participan con sus trabajos con el periódico Viva Conil divulgando sobre ciencia y otros temas importantes en su realidad cotidiana. En esta ocasión ha sido redactado por María Moreno Pedraza, coordinadora del proyecto Escuela Espacio de Paz del IES Los Molinos.