Capaz de lo mejor y de lo peor. El Betis hizo alarde de una mal endémico que le persigue desde que se tiene uso de memoria. En un partido poco vistoso, el Granada salió victorioso por su eficacia ante la meta verdiblanca y las pocas ideas sobre todo en la primera del cuadro bético que sólo fue mejor durante quince minutos de arreón en los que consiguió empatar.
La novedad en la alineación la propuso Mel dando entrada en el once a Jorge Molina y situando una vez más a Rubén Castro partiendo desde la posición de segundo delantero e incluso desde la derecha como suele hacer en bastantes ocasiones. No se cumplían ni diez minutos de encuentro cuando tras un fallo en cadena de la defensa, muy insegura a lo largo de los 90 minutos, propició un mal despeje de Adrián quedando a los pies de Torje que fusilaba desde el semicírculo del área para poner el 0-1 en el marcador.
La afición, se debatía entre el descontento con el plano e insulso juego del equipo y la presencia de Iriney (que dicho sea de paso se marcó un auténtico partidazo) pitado en todo balón que pasaba por sus pies. Los de Anquela, mejor colocados en el terreno de juego, se iban al descanso con ventaja en el luminoso del Villamarín. Sin embargo, las internadas por banda de Dani Benítez que tuvo el 0-2 en un tiro pegado al poste que se escapaba por poco, dieron paso a los mejores instantes del Betis en el choque. Perquis y Rubén Castro en dos oportunidades consecutivas que Toño y el palo repelieron. Pero nada pudo hacer el conjunto nazarí ante el olfato de gol del canario, que aprovechaba la siguiente jugada para enganchar una certera asistencia de Alex Martínez; que suponían las tablas en el ‘62
Pero la alegría le duró muy poco a los verdiblancos. Y es que Mikel Rico en el minuto 73 minutos, adelantaba de nuevo a los visitantes aprovechándose de un nuevo error defensivo que, con una filigrana en el recorte, alojaba la pelota a las mallas. La impotencia de los locales era manifiesta. Perquis, entonado en ataque, estuvo a punto de lograr otra la igualada pero su remate tras el corner sacado por Beñat se estrellaba en el palo izquierdo de la portería de Toño.
Derrota por 1-2 al final de un Betis que ya sólo tiene ojos para el derbi que se disputará en el Sanchez Pizjuán dentro de siete días.
